viernes, 27 de agosto de 2010
LA SOLEDAD DEL HOMBRE
Contra que se topa el hombre
En las noches más terribles
Me pregunto
Y respondo
Con lo pavoroso
De plumas marchitadas
Llamada triste soledad
Esa hecha de dolores y de heridas
En tanto le sangran los versos
Se marchitan los verbos de su poesia
Salen a pasear todos sus fantasmas
Saltan los charcos de agua sus horrores
Mientras en el medio de su plexo
Los agujeros invicibles del vacio
De la ansiedad que no consigue vestirse
Lo deforman
Lo pierden en esas noches
Le muerden rabiosamente las alboradas
Todo en el es vertiginoso
Mas su cuerpo se halla en plena rigidez
La mente produce monstruos
Que aunque cierre los ojos
Se devoraran parte de su tiempo
El hombre sufre en esa soledad de alcohol
Esta aterrado por la llegada de la muerte
Aunque lo derrota cada dia su existencia
Y asi es este ciclo
Que se cortara
Como se cortan las rosas por el tallo
En medio del silencio
Se escucha un tango lastimero
Las horas de esa noche van goteando
Cronos no emprende su veloz carrera
Espera que pase por el potro de tortura
Por un instante piensa
Todo suele pasar
Llegara el amor
Vendra la mujer tan esperada
Se reira con sus amigos a carcajada
Podra ver a las alondras en su revoloteo
El dia bañara su cara
Sentira alivianarse sus zapatos
Y correra intentando levantar vuelo
Solo se trata de querer que sea posible
Que la primavera despierte en medio del invierno
Que la luna muestre su lado bueno
Que deje sus remordimientos cual castigo
Hasta encontrar en sus adentros
Que el es su mejor o peor amigo
Siempre puede salir el sol una vez màs
martes, 24 de agosto de 2010
ASI CAYO...
Cayo
Como una espada gelida
Esas que te hieren hasta desangrarte
Filosa
Penetrante
En una noche nueva
En un lecho añejo
Y en su caida
Se desbandan los pajaros rojizos
Que hacen nido entre mis dedos
Como una daga inmensa
Asi se introdujo
Entre las carnes
Que desesperan por abrirse
Por morir una vez más entre los bordes
Sabiendo de lo inaccesible
Que se hace a veces
Surcar cada arroyo naciente
Cada madrugada en ciernes
Con las prendas desgarradas
Como las almejas muertas de esta playa
En las que se desatara la colera final
La que inhibe el canto de las aves
La que retrasa la apariciòn de la primavera
Y perpetúa casi eternamente
El frio sangriento de este invierno.
Asi cayó este florete
Con suma precisiòn
En el centro mismo del desamparo
Donde se pierde el eje de la sinrazon
Donde la cordura pretende ganar esta batalla
Consumiendose en la soledad que nos trastorna,
Heredad de guijarro ardiente,
De raicillas escarchadas y sedientas
Entre mis simientes extraviadas, inflama;
prende dentro del soplo hueco,
fogón incorpóreo y puro;
incinera como carboniza el tiempo,
como transita el tiempo entre la expiración,
con sus idénticas huellas y su hálito;
prende como el yermo que te engulle,
incinera en ti mismo, arrojo sin flama,
aislamiento sin icono, ansia sin bocas.
Para concluir con todo,
concavo mundo seco,
para finalizar con lo indiviso
Asi cayó
Para luego levantarse
Entrando en la última morada
Espada que como mujer
Te entregas desprendida
Cuando sangras de amor tan arrobada
Como una espada gelida
Esas que te hieren hasta desangrarte
Filosa
Penetrante
En una noche nueva
En un lecho añejo
Y en su caida
Se desbandan los pajaros rojizos
Que hacen nido entre mis dedos
Como una daga inmensa
Asi se introdujo
Entre las carnes
Que desesperan por abrirse
Por morir una vez más entre los bordes
Sabiendo de lo inaccesible
Que se hace a veces
Surcar cada arroyo naciente
Cada madrugada en ciernes
Con las prendas desgarradas
Como las almejas muertas de esta playa
En las que se desatara la colera final
La que inhibe el canto de las aves
La que retrasa la apariciòn de la primavera
Y perpetúa casi eternamente
El frio sangriento de este invierno.
Asi cayó este florete
Con suma precisiòn
En el centro mismo del desamparo
Donde se pierde el eje de la sinrazon
Donde la cordura pretende ganar esta batalla
Consumiendose en la soledad que nos trastorna,
Heredad de guijarro ardiente,
De raicillas escarchadas y sedientas
Entre mis simientes extraviadas, inflama;
prende dentro del soplo hueco,
fogón incorpóreo y puro;
incinera como carboniza el tiempo,
como transita el tiempo entre la expiración,
con sus idénticas huellas y su hálito;
prende como el yermo que te engulle,
incinera en ti mismo, arrojo sin flama,
aislamiento sin icono, ansia sin bocas.
Para concluir con todo,
concavo mundo seco,
para finalizar con lo indiviso
Asi cayó
Para luego levantarse
Entrando en la última morada
Espada que como mujer
Te entregas desprendida
Cuando sangras de amor tan arrobada
miércoles, 18 de agosto de 2010
LA POESIA COMO PEDRADA
Como una pedrada
Asi nacio mi poesia
Como un cascotazo
Contra una vidriera astillada
Contra los barcos colonizadores
De tus islas virgenes
Eso fue, una cruel puntada
Como tremenda fue la vida
Desde los antiguos parajes
En que aparque mi advenimiento
En la tierra despintada
Que fue testigo de mi infancia
O en occilante paraiso
De flores sobrevivientes
De tanto intento por chamuscarlas
En una juventud en rebeldia
Y ahora
Como una pedrada
Parten mis versos
Quiebran el torpe silencio
Se abren paso entre tus muslos
Calan y recalan con sus verbos
Las oquedades lubricadas
Por una lengua o un lenguaje
Del que sientes las delicias
De sentir afluir los liquidos
Que el tronco de mis arboles
Derrama por su verba
Y alli voy
Con ese pedrusco
Que convertido en pluma santa
Escribe las espistolas consagradas
Las que abren camino con sus dedos
Entre un rumor inabarcable
De deseo y pasiòn
De amores desandados en estos cuartos
O erigidos palmo a a palmo
En el parentesis de la noche y esta alborada
Cuando el mundo se derrumba
Vuelvo a tomar la honda
La cargo lentamente
Apunto contra el círculo vacio
Descerrajo como un disparo
Cada letra de esta nueva poesia
Con lo que se espanta la soledad
Huye presto el pesimismo
Comienza a hacer su nido
Las luces de aquellas sombras
Las que disfrutaron perder salvajemente su vestido
Ahora, en este instante
El que entrando en tu ser al fin te nombra
martes, 17 de agosto de 2010
EL DIA DE LA FURIA
Hubo un instante
En que se develo la furia
Tanta y tan variopinta
Que de ella no hay recuerdo
O no hay quien conmemore
Ese atardecer de trompetas y de sales
De fuego arrasado
De Ángeles descabritados
De demonios enervados
Al parecer sin ningún motivo
El hombre
Aquel que sabia el porque y el como
No levanto las puertas de la represa
Desde donde el amor anegaría el furor
Que como una daga filosa
Un puñal afilado
Se clavo en el cielo
Hasta desgarrarlo de par en par
Dejando ver el final del universo
O sea matando la ilusión del infinito
Por lo que la finitud se torno más vulnerable
Detrás de las nubes de un cielo liliáceo
Los dioses se dieron al ostracismo
Hicieron lo que siempre
Celebrar incestuosamente
U orgiásticamente
Ese lapso eterno de un segundo
Viendo como las cenizas envolvían cada roce
Notando los besos morir en un crepúsculo
Percibiendo en la mirada de una Venus
Su desazón por las manos desgarradas
Mientras que en esa soledad
Es el tiempo presente que se deshace
Son las aristas del subsuelo lo que corta
Las bravías olas del mar de este agosto
Axial este loco tiempo nuestro
Exhibe sus huesos destrozados
Por la furia de cualquier viento
O el lamento poderoso de algún grito
Todo es noche en la que nadie ve
Todo es tal cual lo predijera el profeta eunuco
Las veredas del mundo que se hunden
Las calles del orbe que se carbonizan
Los campos de mijo triste anegados
Y esos labios enrojecidos que preguntan
Perdiendo la inmensidad de la cordura
Todo y cada cosa
Porque desde el último polvo suelto
Ella se percato de la pasión de su locura
viernes, 13 de agosto de 2010
EN ESTA BUENOS AIRES
En esta Buenos Aires
Ciudad que abriga mis decadas postreras
Me ha impulsado
A cocer lentamente
Cada nombre de mujer
Que atravezo por mi destino
Ayudandome a ser el que devengo
O entorpeciendo este presente mio
Asi, con el puerto a mis espaldas
Con mis sueños poblados de cafetines
Veo caer tu ropa en una noche
Escapandose mis ojos de sus orbitas
Viendo que en tus cuencos
Solo mira la sensualidad
De tus pestañas
En medio del rojo de tus pajaros
Que despiertan agilmente del centro de tu torso
Haciendo nido en mi boca como cantaro
Alli va esta Ciudad
Con tanta locura en sus huesos
Con osamentas centenarias
Tan patricias en sus apariencias
Tan sin nombre en sus miserias
Esas que ocultan en el fondo de su doble apellido
Que sin la muerte, la tortura, imponiendo el hambre
No existirian ni serian la tormenta
En estas tierras de rios amarronados
Con tanta rabia furiosa en su vestido
Por ahí navegan mis veleros nuevos
Los que buscan encallar en algun puerto
Asi como marinero acorrale gaviotas
Zurci el alma de tus atardeceres
Acumule minutos, horas, dias
Con la aguja torva de mi pluma
En el hilado fino de mis versos y sus ayeres
En esta metropolis tan mia
Roce con mis dedos la alborada
Mientras que entre mis manos se escapaba la oscuridad
La misma que tallo tus sombras
Que se derramo incontenible por tus bordes
Venciendo la desidia que me posponia
Hasta acorralarme en el fondo de este lecho
Oyendo tú mudo vocablo que me nombra
Asi me fui quedando
Prendido del último de los verbos
Mirando partir el mar desazulado
Tan raramente vertical
Que me sorprendio la claridad
Tu recuerdo y los ruidos dentro de los caracoles
Creo que no fui plenamente conciente
De la deserciòn de algun enamorado
Ciudad que abriga mis decadas postreras
Me ha impulsado
A cocer lentamente
Cada nombre de mujer
Que atravezo por mi destino
Ayudandome a ser el que devengo
O entorpeciendo este presente mio
Asi, con el puerto a mis espaldas
Con mis sueños poblados de cafetines
Veo caer tu ropa en una noche
Escapandose mis ojos de sus orbitas
Viendo que en tus cuencos
Solo mira la sensualidad
De tus pestañas
En medio del rojo de tus pajaros
Que despiertan agilmente del centro de tu torso
Haciendo nido en mi boca como cantaro
Alli va esta Ciudad
Con tanta locura en sus huesos
Con osamentas centenarias
Tan patricias en sus apariencias
Tan sin nombre en sus miserias
Esas que ocultan en el fondo de su doble apellido
Que sin la muerte, la tortura, imponiendo el hambre
No existirian ni serian la tormenta
En estas tierras de rios amarronados
Con tanta rabia furiosa en su vestido
Por ahí navegan mis veleros nuevos
Los que buscan encallar en algun puerto
Asi como marinero acorrale gaviotas
Zurci el alma de tus atardeceres
Acumule minutos, horas, dias
Con la aguja torva de mi pluma
En el hilado fino de mis versos y sus ayeres
En esta metropolis tan mia
Roce con mis dedos la alborada
Mientras que entre mis manos se escapaba la oscuridad
La misma que tallo tus sombras
Que se derramo incontenible por tus bordes
Venciendo la desidia que me posponia
Hasta acorralarme en el fondo de este lecho
Oyendo tú mudo vocablo que me nombra
Asi me fui quedando
Prendido del último de los verbos
Mirando partir el mar desazulado
Tan raramente vertical
Que me sorprendio la claridad
Tu recuerdo y los ruidos dentro de los caracoles
Creo que no fui plenamente conciente
De la deserciòn de algun enamorado
miércoles, 11 de agosto de 2010
EL REPOSO DE LA PLUMA
Mi pluma ha descansado
No se ha puesto en movimiento
Algo le faltaba
Quizás no percibir las gotas de esta hoja
O el canto de un jilguero en la mañana
La pluma perezosa
No quizo dar cuenta
Que cada dia algo pasa
Desde lo aterrador de la miseria
De lo inescrupuloso de los mercaderes
Los banqueros
Los poderosos
O la belleza de esas mujeres
Que en su caminar escriben sus poemas
Cuanta diversidad y no captarla!
Sabe el bardo
Que el dia de hoy también tendrá su ocaso
Que la blancura del rocio se empañara
Pero siempre hay otro presente
El que regala lo peor
El que consuela con el banquete de la vida
Ese que en alguna noche
Me consume entre el fuego de tu cuerpo
Me incendia con los besos de tu boca
Asi es la vida
Muchas veces dormita
Sobre el campanario de un templo
Como una mariposa en su naciente
En la plaza los pétalos verdes
Rinden honores al gemido de la noche
Alguien dijo que en el poniente
Ella lo amo con pura entrega
Mientras sus caricias se apilan en el oriente
Cuando en su deslumbrado monte
Se denota el arremetimiento de tu vulva
Que no se entrega
Que no se rinde
Que no renuncia
Como en los viejos mapas de piratas
Sabe que encontrara su amado
La ruta por ella denunciada
Todo eso y la pluma no se levanto
Quizás el juglar abandonó su oficio
Y se entrego sin más
A concebir como asfixiar la luna
En rol de bravío mastelero
Encallador de nave añeja
Pero no menos viril
En los deseables senderos
De entrepiernas
En ese lugar
Ahí
Donde confundió alegremente
El embeber su falo en su hembra
Esta vez poéticamente de forma eterna
Dice el poeta que la pluma ha reposado
miércoles, 4 de agosto de 2010
LA LUNA ENAMORADA
Hoy
La luna
No viene cuesta abajo
Enredandose con las hojas
Esas caidas de los arboles de la inocencia
La luna
No llega cansada
De tanto remontar oscuridades
De rellenar angustias
De novias abandonadas
O taparse los ojos
Ante las desfachatez de las muchachas
Que desnudas se le atreven
Al Don Juan màs afamado
O al timido de la cuadra
El que las mira de soslayo
Cuando a su paso crujen las veredas
Y asi la luna
Desconcertada
Pretende atrapar alguna alondra
Màs el vuelo agil de un beso fugaz
O aquella mirada que trata de pasar desapercibida
Cuando por un segundo
Se posa en el enamorado
La luna es torpe cuando es nueva
Es astro que se niega
Que pretende ser nimbo blanco
En noches obsequiosas
Viendo las pisadas en la arena
Que se pierden tras los medanos
Entre un alboroto de manos incontadas
Ahora la luna curiosea
Quiere entender lo imposible
Como mojan esas olas
De oceanos de sentimientos
Que tantas veces observa
Mirando tanto flujos y reflujos
Tanta risa y tanto llanto
Cuando entre sus crateres
Comienzan a crecer las rosas
La luna siente un cosquilleo
Desconocido
Que movilizan sus mares resecos
Sabiendose dueña de cada alborada
En este cuarto creciente
Se siente plena de sensualidad
Cuando ve la encantadora desnudez
De esa porciòn de infinito
Que la penetra, la besa, la atraviesa
Como nunca y como siempre
Pero la luna ahora lo ha descubierto
Esboza languidamente una sonrisa
Esa de Diana arduamente enamorada
Hoy la luna
Mañana tambien
La luna
No viene cuesta abajo
Enredandose con las hojas
Esas caidas de los arboles de la inocencia
La luna
No llega cansada
De tanto remontar oscuridades
De rellenar angustias
De novias abandonadas
O taparse los ojos
Ante las desfachatez de las muchachas
Que desnudas se le atreven
Al Don Juan màs afamado
O al timido de la cuadra
El que las mira de soslayo
Cuando a su paso crujen las veredas
Y asi la luna
Desconcertada
Pretende atrapar alguna alondra
Màs el vuelo agil de un beso fugaz
O aquella mirada que trata de pasar desapercibida
Cuando por un segundo
Se posa en el enamorado
La luna es torpe cuando es nueva
Es astro que se niega
Que pretende ser nimbo blanco
En noches obsequiosas
Viendo las pisadas en la arena
Que se pierden tras los medanos
Entre un alboroto de manos incontadas
Ahora la luna curiosea
Quiere entender lo imposible
Como mojan esas olas
De oceanos de sentimientos
Que tantas veces observa
Mirando tanto flujos y reflujos
Tanta risa y tanto llanto
Cuando entre sus crateres
Comienzan a crecer las rosas
La luna siente un cosquilleo
Desconocido
Que movilizan sus mares resecos
Sabiendose dueña de cada alborada
En este cuarto creciente
Se siente plena de sensualidad
Cuando ve la encantadora desnudez
De esa porciòn de infinito
Que la penetra, la besa, la atraviesa
Como nunca y como siempre
Pero la luna ahora lo ha descubierto
Esboza languidamente una sonrisa
Esa de Diana arduamente enamorada
Hoy la luna
Mañana tambien
lunes, 2 de agosto de 2010
EL VERBO DE MI INOCENCIA...
Trepado
Al último verbo de mi inocencia
Crei morir
Pense que ya no arderia
Que como un arrugado leño vetusto
La vida se habia marchado
Pero afortunadamente me equivoque
Renaci
En otros verbos
En mil palabras
Y me olvide
Y olvide que o quien me humillo
Perdone en medio de la rabia
Me inundo una tranquilidad nueva
La de las plantas con el rocio
La de los espacios recompuestos
Despues de astillados
Despedazados
Que aun sangrando vidrio molido
Pintan las telas en una madrugada
Ponen sus dedos embardunados
De zorzales liberados
De navios perdidos en la bruma
Llegado en la aurora a otro lecho
Encallando su mano en el tajo de tu rada
Soltando el ancla en el orificio
De una volcanica entrada
Largando lastre en el valle de tu pubis
En tanto se sirve en la taberna
Todos los manjares de una piel
Absorve el agua y los pezones
Atiza el fuego con su astilla mayor
Y en esa sutileza de barbarie
De alfabetos nuevos
En la saciedad de hambrunas viejas
Se sumerge agradecido en este bosque
Y su pluma recupera la memoria
Escribe
Suelta los revovados versos
Los que terminan en la hondura
Los que en medio de tanta calentura
De poesias escrita con sangre inclemente
Busca asonantes entre tus muslos
Consonantes humedas en medio de tu boca
Vocales abiertas en la saliva de tus besos
Y es tu dermis el papiro santificicado
Donde puedo escribir los versos mas alegres
Cuando reconozco como Pablo
Que uno ama a la mujer
Aquella innominada
La que consume en ignicion
La anteultima de todas mis alboradas
Al último verbo de mi inocencia
Crei morir
Pense que ya no arderia
Que como un arrugado leño vetusto
La vida se habia marchado
Pero afortunadamente me equivoque
Renaci
En otros verbos
En mil palabras
Y me olvide
Y olvide que o quien me humillo
Perdone en medio de la rabia
Me inundo una tranquilidad nueva
La de las plantas con el rocio
La de los espacios recompuestos
Despues de astillados
Despedazados
Que aun sangrando vidrio molido
Pintan las telas en una madrugada
Ponen sus dedos embardunados
De zorzales liberados
De navios perdidos en la bruma
Llegado en la aurora a otro lecho
Encallando su mano en el tajo de tu rada
Soltando el ancla en el orificio
De una volcanica entrada
Largando lastre en el valle de tu pubis
En tanto se sirve en la taberna
Todos los manjares de una piel
Absorve el agua y los pezones
Atiza el fuego con su astilla mayor
Y en esa sutileza de barbarie
De alfabetos nuevos
En la saciedad de hambrunas viejas
Se sumerge agradecido en este bosque
Y su pluma recupera la memoria
Escribe
Suelta los revovados versos
Los que terminan en la hondura
Los que en medio de tanta calentura
De poesias escrita con sangre inclemente
Busca asonantes entre tus muslos
Consonantes humedas en medio de tu boca
Vocales abiertas en la saliva de tus besos
Y es tu dermis el papiro santificicado
Donde puedo escribir los versos mas alegres
Cuando reconozco como Pablo
Que uno ama a la mujer
Aquella innominada
La que consume en ignicion
La anteultima de todas mis alboradas
LA ARROGANCIA DEL OLVIDO
En una tarde de juegos
Solitarios e invisible
Rompi un espacio de cristal
Donde la nada me esperaba
Sabiendo que no estabas
Conociendo de tu huida
De la cobardia de tus alas
Y fue entonces que me solace
Me solace que no estuvieras
De la muerte de tu presencia simulada
La que anticipa la tuya verdadera
La que se lleva los soles de estos dias
La que entierra las palabras de tus mentiras
Ahora,
Que ya no recuerdo tu silueta
Ni la extension de las letras de tu nombre
Ni tu perfil
Ni tus manos de hojalata
Me recuesto en el parador del puerto
Viendo los veleros cuando parten
Mirando los buques cuando llegan
Porque mis naves son más grande
En la llegada que en la partida
Y siento que te amo
Como nunca te he amado
Porque al irte gaviota herida
Mi luna se lleno de aire
Mi piel se insufla vital
En otros cuerpos permeables
Que partiran con sus disimulos
Detrás del humo de mis oraciones
Traspasando los muros de mis parroquias
Las que se elevan aceradas
Las que consumen el tiempo a bocanadas
Las que en su tirania te defloran
Miles de veces sin atenderte
Con el pensamiento en crear su huerto nuevo
Plantando la semilla
Sin incumbirme el suelo en que lo hago
Ni su destino
Por eso en medio de la inclemncia
Me permito bendecirte
Antigua ocupante de mi lecho
Sombra barbara de gemidos mudos
Solicitante de tantos impudores
Fatigante de mi dermis en horas apropiadas
Cuando la tormenta de mi eros
Rasgo de par en par tu cielo
Tambien es que te maldigo
Sin recordar con nitidez de quien se trata
O es que un poeta,
Dueño de mil palabras
En la borrachera de la vida
No esta excento de olvidate?
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