Trepado
Al último verbo de mi inocencia
Crei morir
Pense que ya no arderia
Que como un arrugado leño vetusto
La vida se habia marchado
Pero afortunadamente me equivoque
Renaci
En otros verbos
En mil palabras
Y me olvide
Y olvide que o quien me humillo
Perdone en medio de la rabia
Me inundo una tranquilidad nueva
La de las plantas con el rocio
La de los espacios recompuestos
Despues de astillados
Despedazados
Que aun sangrando vidrio molido
Pintan las telas en una madrugada
Ponen sus dedos embardunados
De zorzales liberados
De navios perdidos en la bruma
Llegado en la aurora a otro lecho
Encallando su mano en el tajo de tu rada
Soltando el ancla en el orificio
De una volcanica entrada
Largando lastre en el valle de tu pubis
En tanto se sirve en la taberna
Todos los manjares de una piel
Absorve el agua y los pezones
Atiza el fuego con su astilla mayor
Y en esa sutileza de barbarie
De alfabetos nuevos
En la saciedad de hambrunas viejas
Se sumerge agradecido en este bosque
Y su pluma recupera la memoria
Escribe
Suelta los revovados versos
Los que terminan en la hondura
Los que en medio de tanta calentura
De poesias escrita con sangre inclemente
Busca asonantes entre tus muslos
Consonantes humedas en medio de tu boca
Vocales abiertas en la saliva de tus besos
Y es tu dermis el papiro santificicado
Donde puedo escribir los versos mas alegres
Cuando reconozco como Pablo
Que uno ama a la mujer
Aquella innominada
La que consume en ignicion
La anteultima de todas mis alboradas
lunes, 2 de agosto de 2010
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