lunes, 2 de agosto de 2010
LA ARROGANCIA DEL OLVIDO
En una tarde de juegos
Solitarios e invisible
Rompi un espacio de cristal
Donde la nada me esperaba
Sabiendo que no estabas
Conociendo de tu huida
De la cobardia de tus alas
Y fue entonces que me solace
Me solace que no estuvieras
De la muerte de tu presencia simulada
La que anticipa la tuya verdadera
La que se lleva los soles de estos dias
La que entierra las palabras de tus mentiras
Ahora,
Que ya no recuerdo tu silueta
Ni la extension de las letras de tu nombre
Ni tu perfil
Ni tus manos de hojalata
Me recuesto en el parador del puerto
Viendo los veleros cuando parten
Mirando los buques cuando llegan
Porque mis naves son más grande
En la llegada que en la partida
Y siento que te amo
Como nunca te he amado
Porque al irte gaviota herida
Mi luna se lleno de aire
Mi piel se insufla vital
En otros cuerpos permeables
Que partiran con sus disimulos
Detrás del humo de mis oraciones
Traspasando los muros de mis parroquias
Las que se elevan aceradas
Las que consumen el tiempo a bocanadas
Las que en su tirania te defloran
Miles de veces sin atenderte
Con el pensamiento en crear su huerto nuevo
Plantando la semilla
Sin incumbirme el suelo en que lo hago
Ni su destino
Por eso en medio de la inclemncia
Me permito bendecirte
Antigua ocupante de mi lecho
Sombra barbara de gemidos mudos
Solicitante de tantos impudores
Fatigante de mi dermis en horas apropiadas
Cuando la tormenta de mi eros
Rasgo de par en par tu cielo
Tambien es que te maldigo
Sin recordar con nitidez de quien se trata
O es que un poeta,
Dueño de mil palabras
En la borrachera de la vida
No esta excento de olvidate?
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