sábado, 31 de julio de 2010

EL HUMO EN TU VENTANA




El frío alargo la tarde
La tiño de pájaros invisibles
Mientras el humo jugaba sus partidas
Ante un ventanal
Por donde ingresaba un árbol aterido
Tornando a morada sus copas verdes
Mientras se sombrearon de desidia
Tus ojos escudriñaron parte del arrabal
Asi, por ese camino
Que ya nadie recorre
Salvo el crepúsculo
Se poso un cuervo de invierno
Invitándote a escribir tus cuentos
Esos que relatan al aroma del ciruelo
Los que rasgan los senderos de tus montes
Cuando en la demolición de los círculos de esta noche
El sol sale
Como salía allá en Lanús
O en las barracas de tus labios despintados
El sol vuelve a salir
Oscureciéndose el mar
En medio de las voces de los cisnes
Que se muestran vagamente blancas
Pienso que bajo un mismo techo
Durmieron las cortesanas
El grillo, la luna y algún trébol
Que la luna sintió la fatiga de ese deseo
Navegante experto de cuanto sueño
Emerja de mi fatiga
Que recomienzan ciclos lujuriosos
En la campiña de este lecho
En el inmenso valle de tanta calentura
En la que a veces se detiene una alondra
Con las partes de su torso chamuscados
Pero que importa ahora
Cuando el humo vuelve taciturno
Y lentamente desaparece
Como desaparece algún nombre
En el olor a crisantemo
En el olor de agosto por venir
En esta muerte de un julio intrascendente
Y te veo centellear en la voz de una taberna
Desde el fondo donde grazna tu sexo alucinado
Que reclama en un lapso desesperado
Mi presencia de gota recalcitrante
De humedad y solidez en suave cadencia
Que requiere la blancura de mi rocio
El que alegra tu rostro sonrosado
El que pide que ese frío no se vaya
Que llegue la helada de mis pinchos
O la fundición de los metales de tus sentidos
Cuando en esa ventana vez, recuerdas
Que la de anoche fue la noche
El humo se sonríe junto a tu evocaciòn
Ya la noche no prolonga el loco tiempo

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