viernes, 25 de abril de 2014

PENSANDO


Y pensé en mí
hallando solo confusión
sabiendo que necesitaba escribir,
bordar las letras renacidas
testimoniando algunas cosas por las que vivir
mas fuera sobre los sonidos nocturnos
los vagidos de las cosas a medianoche
la tristeza de mi ser intacto
no obstante definitivamente desgarrado,
al reflexionar sentí mi muerte
latiendo en el mutismo del poeta
en esos labios sensuales que partieron
en esa silueta desbordante de lujuria
que tomo el rumbo del bullicio
después de haber herido mis sentidos
en noches que sabían a aroma de suicidas
dejando caer solo irracionales gemidos
articulando el más inesperado de los deseos
con una artillería de polvo de jazmines
que inevitablemente se hundieron en mi mirada
como si viera desde una alcantarilla
sobrevivir la levedad de la alegría
porque tenía algo por hacer la más poseída
sin explicar porque su llaga aflora
contar al mundo el filo de esta historia
desde que ella dulcemente rememora
sobre este amor que volverá quizás con gloria.


Roberto Brindisi

JUEGOS DE AMOR


Hay momentos
en que el cielo es un túnica de mosaicos
un manojo de espinas aguzadas
caminando detrás del infinito
que se expande por las ventanas de este cosmos
deletreando un silencio colosal
tan único e inigualable
que parece mentira que lo rompa
el suave aleteo de un ligero colibrí
como sucede en mi interior
cuando me abarca este amor completo
nacido en las misas de domingo
en las horas en que el campanario da las once
y me sumerjo en el más audaz de los respetos.
Los sentimientos
son perlas que recorren el sendero
entre la vegetación de bordes agitados
con las verdes ramas de las líneas de los miedos
temores que forman un batallón en pesadilla
esencia blindada de esta conspiración en los subsuelos
por donde se resguardan los amores imposibles
esos que no se plasmaran en un cuento
que de vivirse no habrá registro de su existencia
solo el aroma de sudor y sexo
surgidos de la argamasa de superficies ardientes
que consiguieron atravesar mutuamente las fronteras
bajo los odiosos nubarrones del averno
salpicando con sus gotas este instante urgente.
No sabrá la historia
que hubo guerras que nunca se contaron
donde no hubo soldados muertos
solo poros en alboradas desgastados
los dos bandos hechos de susurros
de curvas retocadas con gran prisa
de senos que dan cuenta de tangentes
porque el amor puede reducirse a todo
si se suman los pedazos de ternura
los de dos seres que a lo largo de su marcha
se buscaron en la multiplicación total de la ignorancia
quererse encontrar sin conocerse
es cosa de un ejército de dos enteros dementes

habrá que verlos vivificados en el juego de su arrogancia.

jueves, 17 de abril de 2014

CURAR LAS HERIDAS


Desde un lugar
difícil de descifrar
con la mirada buscando
entre la espesura de los sueños
animales salvajes como emociones bárbaras
desde allí emprendí el camino
en el que puse el máximo de mis empeños.
Abrí los dedos
como un mendigo busca el pan
para que se apoyaran con sus cantos
los pájaros rendidos
de plumas afiladas
quienes volando a baja altura
destruyendo resquicios de nubarrones
vienen en son de paz
traen el viento como sudestada
el sol enganchado en su brillo
dejando el alboroto de la soledad
en una estación de madrugada.
Me toca cortar el aire
con el estilete de unos versos
que pretenden atraer todo el silencio
ya que la letra no suele hablar
sino en los ojos de los juglares
construiré barrocas catedrales
no habrá cardenal ni vicario
que me impidan desplegar los renglones
repartidos en una hoja limpia
volcar allí mis innumerables fracasos
amante de tanta hembra lujuriosa
que cuando ambos hemos partido
no queda sino un efímero recuerdo
busco entre las palabras aguerridas
una puerta que me permita comulgar
que no partiré de mis poesías
sin haber hallado el amor entre vocales ateridas.
Y ahora escribo amor
cúrame de mis heridas.

Roberto Brindisi



martes, 15 de abril de 2014

VINIENDO DEL DOLOR


Dolor
siento ante unos ojos partidos
una sonrisa entre paréntesis
en los estados neutros de la vigilia
hechos de una leve angustia
encajados en una sólida ansiedad
porque nada resulta soportable
màs de pronto el silencio
el de mil campanarios muertos
el de manecillas de relojes oxidadas
el que deja agonizantes las horas
el de piedras arrojas al baldío
el de las manecillas de relojes antiguos
el que deja agonizante el tiempo
y yo esperándote mi amor tardío.
En esta madrugada
vi amarrar tu cuerpo
entre las telas de sabanas lujuriosas
un aroma a sexualidad dominadora
inundan las baldosas de mi suelo
unas sombras cimbreantes me atrapan
unas carnes satánicas me deshacen
en el mismo infierno de los desobedientes
no hallo los trozos de mis cadenas
o son asideros los versos de mi gente
poco importa en esta instancia
si con esperanzadores pasos
pudimos dejar atrás las penas del desamor
andar por un sendero escrito
sabiendo que la moral es la gramática del deseo
amansarme sin sufrir
hasta que las palabras mágicas
despierten al genio amparador
impulsándonos hacia el puerto amoroso del vivir.


Roberto Brindisi

SABE A TERNURA


Muchas veces
miro al interior de mi país
ese de lágrimas partidas
que tiene venas por veredas
mientras la sangre fluye
como si ese rojo fuera el color del rio,
en esas partes oscuras
intento encontrar la punta de algún hilo
quizás porque se troncho de pronto
la madrugada de mi infancia
porque busqué entre las ramas
de viejos arboles de eucaliptus
que alguien me amara desesperadamente
en tanto yo perdía los temores y mis pesadillas
que la orfandad no fuera lapidaria
ni el suicidio escribiera mis primeras letras
porque acurrucado vi pasar mis fantasmas
hasta que no encontré otra solución
que enfrentarlos mirándolos a la cara
que no tenían porque eran brumas
espectros imaginarios que se deshacen con la luz
aunque creo sentir las lastimaduras
fueron heridas que desaparecieron
en una tarde de primavera
cuando me encontré con tu ternura.
Roberto Brindisi


viernes, 4 de abril de 2014

DESPERTAR


Mi mirada
incrustada a los chirridos de las cosas
al mundo de silencio
yo necesito inventarme en esta noche
con las palabras que tanto me cuestan
mientras la sed ávida, aviesa, triste
como cargar con un dolor marchito
en el medio de un circulo desplumado
terminará por devorarse en el pedregal
las alas de este amor escrito.
Cada anochecer mi vista se rebela
mis ojos se toman en serio
recuerdan comprometerse
con la evocación de la calma matinal
donde las pupilas están ya dilatadas
prestas a abrir las heridas coloridas
engañadas por espectros amorosos
que enjaulan los amores desgarbados
mirada que gime al acelerado viento
en la fantasía de ser indecorosos.
Ya no recuerdo mi niñez
ni esa infancia alborotada
traigo desde la juventud el sabor amargo
de los fracasos en amores femeninos
de insatisfacción en el sexo de burdel
en los suaves forcejeos efímeros
que culminan en derramar versos sobre el papel
multiplicidad de bocas succionadoras
de misterios que saben a ignorancia
de pocas verdades que me mantuvieron fiel.
Aquí estoy
en medio de mi mirada erecta
hechicero de esta civilización actual
romántico trovador de coplas plagiadas
pero en un rincón encuentro
que finalmente encontré lo que buscaba
encontré las cicatrices del amor
encontré las vicisitudes de anhelarte
encontré los restos de las rosas amarilas
solo me queda reconocer que tuve suerte
al ver tu espalda desnuda al despertarte.


Roberto Brindisi

martes, 1 de abril de 2014

AMAR SIN EL OLVIDO


Amas
sabiendo que el amor amanece contigo
que pide agua desde tu garganta en llamas
que no repasa los agujeros de tu olvido
ni se entretiene con la queja de tu silencio
amas
dejando que se calcine la superficie
enumerando los trotes de gemidos
los gritos en tu cavidad erótica
en tanto el placer crece y nos devora
en lo imposible del seto voluptuoso
por donde andan los látigos de fuego
el esqueleto de mis dolores viejos
con el manto desnudo de lo fogoso.
Amar trae omisiones
de recuerdos que intentan ver detrás de mi mirada
son como heridas de un niño perdido
al que beso para que se aleje de mi miedo
como se marcha un pájaro filoso
en el amplio agujero de la negra noche
en esta habitación púrpura irrespirable
por donde se escabulle el idioma prisionero
se apoderarme de sueños ajenos
desarmar en mil pedazos el engranaje de las pesadillas
jauría de perros famélicos en atardeceres
como leche derramada por unos solidos senos.
Aquí de regreso
del lugar del que nunca me he ido
donde escribí tu nombre
en la sólida pared de tu espalda
voy arando con las fragmentos de mis labios
el campo intenso del largo de tus piernas
en esa trastornada desnudez de alborada
por donde asoma entre tus formidables nalgas
un sol que se rindió ante tu silueta
con solo no perder de vista el firmamento
sabré las excepciones de un espacio suspendido
los secretos cubiertos por las palabras
la entelequia que generaron los susurros
en la conquista de este amor más que aguerrido.

Roberto Brindisi