jueves, 31 de mayo de 2012


TARDE DE MUJER

Esta tarde
vi pasar volando
una antigua enagua blanca,
se perdió entre unas nubes amplias
apelotonadas en el cielo,
vi una pelota rebotando
contra el murallón de unos versos,
vi que los ojos me crecían
hasta alcanzar el tamaño de una mirada
que tritura cuando quiere
los recuerdos negros de antaño,
vi dibujarme los dedos
con la mano derecha
y entre tanto vuelo rasante
de flores nuevas,
vi clavarse entre el ligustro
los dientes de ajo rosáceo,
que como un animal atroz
se oponía a su encarcelamiento
en el almacén del ultimo lustro.
Vi a mi ciudad en llama
en las primeras horas del día,
cuando las piernas contorneadas
del minerio porteño,
fauna de extraña belleza,
rompe en bullicio estridente
el sollozo de los negros angoleños.
Se que debajo de la nueve de julio
corren ríos de miseria,
camposantos de artefactos antiguos,
testimonios de amores fracasados,
paraíso de mariposas coloridas,
fraseo de músicos en decadencia
que alguna vez ocuparon el Abasto
donde Lucas ostentó el alma de suicida.
Se desgarran los encadenamientos
de minutos que no alcanzan a demoler
al amor después del amor
en esta urbe de tanta furia,
en tanto voy de la esquina de Lavalle
esquivando a los vendedores de baratijas,
las putas aun no han aparecido
ni los personajes siniestros de la noche
tan alejados de mi carrusel y su sortija.
Esta noche
volveré a cobijar tus largas piernas,
a contarte aventuras de mi infancia,
a escucharte nombrar esos tus libros,
quizas en un momento piense
que el paraíso son tus caricias sempiternas.



  

martes, 29 de mayo de 2012


EL AMOR A VECES...

A veces el amor
juega a los naipes
en una silla destartalada,
con fulleros de primera,
juega con las cartas viejas
o con otras mas bien nuevas.
Suele pasar que apuesta algo,
muchas veces una guitarra,
los boletos del colectivo,
los huesos de las orquídeas,
algún poema indescifrable
las quimeras de una noche de carnaval
o la ultima puesta del sol
en una ciudad de puerto en arrabal.
El amor anda de tumbo en tumbo
mareado por los dislates
de unas señoronas que no lo entienden,
o de borregos que huelen sexo
que cuando lo nombras se excitan prestamente
pensando en los genitales,
en que contar a sus amigos en la esquina
o a través de sus mensajes de textos
pobre amor confundido con pene o con vagina.
Ha venido a mi ciudad,
ha tocado a mi puerta,
lo he dejado entrar hace dos años
ha tendido su valija asturiana
confundiendo las ropas en el mismo ropero
y una tarde lo encontré mirándome por la ventana,
es que se había marchado a Gijón
por fortuna para mi estaba ya de vuelta.
Muchas veces paseamos por el parque
entre puestos de artesanos y tenderos,
vemos las puestas del sol en Arengreen
detrás de los floreros de la abuela,
otras tantas lo disfrazamos de desnudez
sobre la cama o un sofá de caramelos,
con una alfombra de camello en seducción
donde al apoyar los pies descalzos
suelen hundirse hasta el piso de la soledad
que deja cenizas en esta retirada
como la osamenta del desafecto sin intuición.
Cultivó un beso
en la superficie de mi boca,
sembró arrumacos finamente cincelados
en los bordes finos de mi espalda,
quitó la maleza de mi orfandad
enquistada en lo profundo de mi alma
y con ese paraguas destrozado me protegió
de la lluvia que a veces se cuela por el tejado
hemos encendido la hornalla del espejo,
incinerado los navíos del pasado,
construido nuestra barca de Noe solo en este día,
desafilo las púas de mi cercado
soy poeta con su musa queriendo ir muy lejos.


  


sábado, 26 de mayo de 2012

AHORA ES...

Ahora,


Cuando solo queda

El ultimo vuelo de tu beso,

Me pregunto

Que maravilla lo superará.

Son horas de penumbras,

Allí donde se trenzan los lobos

Hambrientos de cariño,

Alimentados por la leche de la soledad,

Con las ventanas abiertas,

Por donde ingresa la luna,

Curiosa y celosa,

Luna que espía hasta la madrugada,

Como aman los que pueden,

Como aman los que quieren,

Como lo hacen aquellos dos.

La luna crece entre árboles,

Con ramas de embelesamiento

Y en el cuarto la sombra de los movimientos,

En su lento desplazarse,

Mira y ve su silueta en un espejo,

Siente la alegría de ser parte,

De una trilogía con los amantes.

Ahora,

Cuando ya la eternidad

Se ha desvanecido,

Cuando no quedan mares por sondear,

Cuando la tierra toda pareciera estallar,

Me trepo por tus verbos,

Hasta que me enseñas el verbo amar.

Creo que los sueños

Se han fundido con nuestra realidad,

La vigilia traza líneas,

Suma los vectores de la ansiedad,

Corre al borde de la cordura,

En una algaraza alrededor del manantial,

El que puede verse por el agujero de la cerradura

O entre las partes que narro con pasión,

Se sumergen en tus rías,

Aparecen en las nubes de tu mirada,

Crecen con los movimientos de tus dedos,

Mientras escondo entre tus cabellos,

Mis manos, mis caricias, las que saltan

En esta fiesta pagana,

De hechizos y sensualidad,

Ahora cuando no tengo prisa,

Cuando duermes en mi sueño,

Escribo versos nuevos,

Versos que forman poemas

O una simple narración

Algo que por tanto empeño

Vale cada día volver a empezar.

. DESVESTIR EL DIA



He concluido de encestar
Mi traje de primavera,
Sabes que no ha sido fácil,
Desprender los pecíolos de la enredadera,
Soltar al poniente tu rojo corpiño
El que de tanto manoteo
Decidió el suicidio cortándose un bretel
Luego de nutrir a mis labios niños.
Embalar en un costal temporal
Es cosa de chuscada tardía
Disponiendo de espacio en el morral
De las culpas y resentimientos de la infancia,
Hoy que camino sobre mis pasos,
Sin saber si voy o vengo,
No estaría nada mal
Pretender darme al oficio de poeta.
Dios me libre del cielo,
Seguro ha de ser así
Porque el ha sido compinche en las orgías,
Borracho empedernido en las tabernas,
Orador denudo en los mítines,
Jugador empedernido de siete y medio,
Dueño de una potranca de carrera
Hasta que empobrecido por tantos festines
Ha vuelto al paraíso a aburrirse sin remedio.
Mientras guardo los recuerdos
Saco el cuaderno de escritura,
Con la tormenta tronando a mis espaldas
Y los relámpagos azules de su tinta,
Por momentos creo ser Pablo Neruda
Escribiendo los versos que jamás he leído
Pero que en medio de tantas gotas
Siento el mudo abismo de la nada
Que recorre mi torso sin escalofrío
En tanto mi Edith desabotona mi bragueta
Para tomar dimensión del gato con botas.
Estoy por irme,
Ya estoy partiendo,
Se que entre tupidos bosques
Me recibes muchacha con pies de almendros,
En tanto en muy baja voz
Me dices que ahí nadie duerme,
Sabiendo que en este edén solo somos dos,
Que voy desvistiendo el día
Hasta teñir de granate el atardecer
Ceñidos al farol de la noche
con nuestra melodía.

ENCUENTRO TUS OJOS


Se perdió
Detrás de una hoja
Consiguió escabullirse,
Entre líneas dementes
Por donde bordaba un verso
Con la tristeza del olvido
Ella burlonamente se disipo.
Me quedó el enigma,
Las partículas de números
Que se cuelan entre los ojos,
Soy un amante descreído,
Puesto a describir tu boca
Y ese puerto de nalgas doradas,
Con aves que pellizcan mares,
Con labios que estremecidos
Sueltan palabras ingravidas
Mientras en la arena de la plaza mayor
Siguen llegando vocales
Para ayudarme a armar este poema.
Poesía horizontal,
Trunca, queda,
Pero vale bien el intento
Ya que nadie regala noches como las tuyas
Esas que se transforman en mañanas,
En nidos de cóndores
Con las aureolas criando pezones
Que ya erguidos requieren atención
Y tanto amor para apagar dolores.
Creo que te asomaste
Por el cuaderno que guardo en la mesa de luz
Allí junto a mis lapiceras
En el cajón de las noches propias
Que apunta a una ventana solitaria
La que se adueño de tu mirada
Cuando te acercaste en una noche de espera.
Sigo con la mano quieta
No me vienen metáforas a la palma,
Me cosquillea tu recuerdo
Que es de la alborada de este anochecer
Cuando sin prisa pero con alguna pausa
Pudimos tejer un redondo laberinto
En el redondel de tu ombligo
Con la perfección de tu marca de mujer.
Ahora me doy cuenta
Que no hubo pérdida sino partida,
Hasta que me abraces con los domingos,
En el que disparamos alguna frase menor
Esas que condimentan nuestras vidas
Esas que hacen real nuestro amor.


  


GRITO


Hace unos siglos atras
fui arrojado al eje de la nada,
que apuntaba hasta el presente
para partir los cristales de tus ventanas,
fui fiera que dostrozaba a dentelladas
las primeras carnes de la mentira sutil  ,
fui tantas cosas como ecuaciones
para llegar hasta el circulo actual de tu posada.
¿que dicen tus ojos
cuando los mios se cierran?
¿que murmuran entre pestañas
cayendo en picada hacia la tierra?
ojos de verdor de selva
que lloran lagrimas de mar mediterraneo,
mirando con pereza
extasiada en brillante soledad,
en la fatiga de la matematica,
de números que no adicionan noches
ni cifras que dividen atardeceres,
veran entonces tus ojos toda la inmensidad
de mi nostalgia en la primara luz de los amaneceres?
quiero creer amor, esa declaracion silenciosa
en la que el universo se desgarra por el medio
y que existimos juntos a la vuelta de la eternidad,
sera que el descreimiento crece como hiedra
sobre la planicie intensa de interrogantes,
sera que de tanto mirar la muerte en el espejo
hemos decidido romperlo con una solida piedra,
sin morir renegando volver a lo de antes,
partes fragmentadas de ardor alla a los lejos.
Podemos superar la nada y partir el infinito,
habremos de incendiar el sino por derecho delirante
y tendidos amarnos enteramente en un solo grito.

viernes, 25 de mayo de 2012


MIS SUEÑOS
 
Ese soy yo,
el que veo escapando
por la puerta del sueño de media tarde
escribiendo en mi piel con los cristales
de los tórridos labios de tu boca,
la que acribilla las paredes de mi alma,
apuntalada en la huida por el fuego
o en la escarcha que convoca.
Ese soy,
el que no asoma la mirada
cuando recorre apurado la ermita
levantando los papeles de los bancos,
son hojas del nuevo testamento
escrito en lengua desconocida,
esa que moja la soledad y los lamentos.
Soy y dudo
que pueda desdoblarme,
pero me veo y lo veo
al que escribe estas líneas,
al que se despoja de sus certezas en la alborada,
en tanto desclava los tiempos infinitos
de un pórtico de interrogantes renovados,
pendiente inútil
de esta sangre espesa enamorada.
Dudo mientras duda
El, yo o los dos siendo solo uno,
titubeo en que el zurcido de la realidad
no se encuentren en  forma descocida,
por donde nos evadan los espectros del vacío
que suelen ir a sucumbir en las alcantarillas de un buen vino
mientras en tus ojos se estremece lo mejor de mi dura vida.
Alguien vuelve al sueño
en esta ocasión en compañía,
se abre paso entre escabrosas pesadillas,
dormitaremos los fríos nuestros
sobre tus senos feroces de mujer, María.
Yo me veo
acurrucado satisfecho en lo onírico,
te veo acomodando tus grafías
cubriendo mi orfandad de niño
en la humedad de tu parquedad tan mia.

jueves, 24 de mayo de 2012


DE DEUDAS Y MÁS

El tiempo
me deberá dos días,
nunca me aviso  que los perdí
hasta que mirando el calendario
vi los agujeros de aves zambullidas
en el lago azul de mi tinta carmesí.
Tu boca sensual
me adeuda varios besos,
ya que en el repaso del ardiente batallar,
en la alborada entre sabanas alunadas
había perforaciones en mi cama
que son la firma de tus labios mar adentro.
A la vida le debo mucho,
tanto que ni los orificios en mi sombra
de galante porteño borrachín,
pueden poner en duda que soy un sueño,
de esos que no amanecen amarrados
de esos que se revuelcan sin ningún dueño.
Siempre te he pedido
que no huelas los jazmines
debajo de la alfombra iraní
en ausencia de las baldosas terracotas,
pintando atardeceres  otoñales
sobre la negrura del café molido marroquí.
Mis ojos  se deleitan
con las islas de tus lágrimas,
con el frente de tu espalda,
con la algarabía de tu tórrida piel,
la que vivió el jaque mate de mi rey,
alondra plana de cantos perfectos
en los que mis miembros insurrectos
declaman a siete vientos que te soy fiel.
Deudas y perdones
componen las arrugas de mi espejo,
sitio donde moran fragmentos de hembras
que se dejaron el pasado perdidoso
o espiando el convulsionado presente,
siempre algo pierdo
en la ventana marrón de mi mirada
o en los medanos arenosos
de lo importante de tus desnudos urgentes.
Deudas que se alinean
en la libreta verde de tu nombre inteligente
perdonando todas las ofensas…

   

martes, 22 de mayo de 2012


EL TIEMPO Y LA BLANCA ROSA


Ha caído un minuto
Y en su caída
Asesino a una blanca rosa,
A nadie le importo señor,
Alguien dijo:
“Quizás era su tiempo…”
Pero no me resigno
A ver la belleza
Herida de muerte
Por un tirano
Que al pasar de prisa
Se lleva todo lo que parece digno,
No son amigos el tiempo pasando
Y la hermosura de la brisa.
Si cae otro segundo
Que sea sobre el silencio
O sobre la angustiosa ida
De algún viejo amante moribundo.  

lunes, 21 de mayo de 2012


CANTO DESHECHO

Miro al trasluz
Pregunto quien soy
De que estoy hecho?
Creo que de sombras muy complejas,
De historias infinitas,
Que arrastran por un río
De roja y violenta sangre
Mi pasado lejano y raudo,
El de mis amigos y mis enemigos,
El de la metralla rabiosa
Que divide el mediodía,
Y en el zaguán se muere mi inocencia.
Soy el discurso de barricada,
El que se enternece
Con los ojos sin vida de un niño palestino,
El que rememora el holocausto,
El que ama en Casablanca,
O es codiciado por Marilyn antes del suicido
O de un vulgar asesinato,
No lo se,
Escribo con Jorge Luis Borges
Que mi patria tiene una vereda sola
Y creo que las ventanas se han ido,
Soy una revolución en la vieja Hungría,
El amante de Rosa Luxemburgo en Alemania,
Un soldado partisano en el sur de Italia,
O la mano fuerte de Espartaco en la esclavitud,
Soy ahora un simple homínido,
Yendo y viniendo irrefrenable
Como el viejo topo de la historia,
Llego a ser azuladamente anfibio,
Una partícula del big bang,
Soy la nada o todos los dioses,
Por lo tanto sumamente indivisible
En este sitio aparente bar del diablo
Mugriento y desapacible,
Soy el que quiere entrar sin haber nunca salido
O pararse en las arenas movedizas de la vida
Soy el que grita tartamudeando desde su silencio,
Desde su integra mudez
Hasta el letargo con infinita valentía,
Elipsis perforada de vocablos,
Luces que suaves brillan en su opacidad,
Partícula ínfima en tu periferia contorneada,
Soy el nervio que levanta
Los pétalos como clavos de una rosa,
Mirada fulminante de amante imperfecto,
Equilibrista ante la muerte,
Voy sabiendo que me muevo en un largo laberinto,
El del minotauro fabuloso,
Que como el cegato viejo de Palermo
Debo crearme las manos y sus dedos,
Los huesos que me carguen,
Las venas que desequen mi existencia,
Soy la sangre dispuesta cual cuchilla,
Perfeccionando mi única posibilidad de ser,
Entrando en mi boca cavernosa,
Imaginando en sueño o realidad
Que me otorgo la potestad de seguir,
Enfrentando a la bestia mitológica,
Dándole fin para que persista
Mediante lo único imbatible, mi palabra,
Ahora soy un poema,
O el verbo en la forma analógica.

domingo, 20 de mayo de 2012

AGUARDO


Aguardo a mi niña
De años imprecisos,
De mirada inocente
Con tanto mundo detrás,
La aguardo en esta acera
De colillas apagadas
Por la que desfilan tantos otros que esperan.
La luna no aparece gratis
En esta noche de humo atigrado,
Cuesta levantar la vista
Viendo como se consume una mariposa,
La que di a volar desde una oruga,
Recipiente horrendo de ilustre belleza,
Mascaron de una nave carcomida
La larva ha fenecido y se va la candelilla,
Me queda el vacío de este país solitario
En donde dibujo la angustiosa despedida.
Pero como en los tangos
Soy una letra que espera,
Que se somete al candil de algún poeta,
Que me alumbra o me deslumbra,
Peinando la hoja remendada,
Con borrones, tachaduras y agregados,
En los bordes de renglones que te nombran,
Ay! muchacha de tres vocales
Alojada en mí lecho una alborada.
Se que esta rosa no volara
Ni tampoco el rojo de su color,
Se que en la frontera precisa de tus labios
Aun repica mi nombre enardecido,
Que en el verdor de tus pupilas
Hacen nido lágrimas fecundas de alegrías,
Son presentes que llegan del desierto,
De la extensa llanura del sonido,
Me sigue reclamando esta nada
Que es la gota inacabable de mi tiempo
Punta de filos que desgarran
Como pezones que embelesan siempre erguidos.
Ahora la espera ha terminado,
Se por definición primera
Que me aguardas entre las sombras
De mi cuarto en este sitio de riberas,
Aquí es donde se ha perdido dios,
Aquí nunca llego Jesús, ni Alá
Solo dos desconocidos anhelantes
De ver salir el sol por la ventana
Reflejados en un laberinto de espejos
Perdida para siempre la llave de los dos amantes.
A veces la poesía tiene sueño.




LOS PÁJAROS Y LA VERDAD

Los pájaros se van,
Suelen marcharse al final del día,
Con lluvia traicionera
O la garúa amigable,
Los pájaros no se repiten,
Como no lo hace nunca
La herida de una bala
Disparada hasta con una mueca amable.
Los huecos de las flores,
En un jarrón cualquiera
Suelen sonar indiferentes,
Como lo hace un callejón perdido
En esta ciudad enorme
De hostilidad no permitida.
Así los fatuos
Recorren la superficie de nuestra piel,
En algún tórrido verano,
En una súplica de vidas y de muertes,
Por donde un siglo transcurre
Con la voracidad de un susurro en plena boca,
Siendo animal que me redimo
En tus brazos de mujer con mi sola suerte.
Es tu lapso de amianto
Como es mí tiempo de asombro
En el que me repliego en tu vulva
Dando vueltas sobre mis giros
No me pidas que tenga coherencia
Si fenezco lentamente cuando te nombro.
Un soplo perfecto hemos vivido
En el filo letal del profundo abismo,
Donde crecen las aceradas caléndulas
En un brillante segundo de locura,
Por eso no se retraen las olas de tus besos
Ni las mordeduras de tu boca,
Porque finiquita la democracia
En el viento ardiente de nuestra dictadura.
Mordemos sobre las carnes,
Dientes que permiten el paso de tu lengua,
Saliva que cincela el cristal
De la capilla imprescindible de mi pecho,
Y la unción que nos precede
Con los temores endecasílabos
Detonando lunas nuevas en el cielo de lo hecho.
Siento que en mi garganta
Despiertan los ángeles de los astros,
Saltando las palabras a la intemperie
Y al nombrarte consagro tu nacimiento
Solo tu lector y yo sabemos que soy palabra
Por lo demás, pregunto
Que importa la verdad, que importa si no es cierto.

 





sábado, 12 de mayo de 2012


SUEÑOS Y VIGILIA

En la calle
De mis primeros quince minutos,
Vi transitar muchas cosas que hoy no recuerdo,
Se que pasó volando un clavel
Persiguiendo el aroma de algún colibrí,
Se que las mayólicas eran borrosas,
Como la graduación del alcohol
Que tomamos en el boliche aquel.
En esa misma calle,
En un carnaval perdido,
Vacíe lentamente una cala desasida
Que nunca supo de tus labios humedecidos
Ni del calor ardiente de tu superficie,
Continente tropical y voluptuoso,
Recorrido por la delicadeza de mis dedos
Demarcando la belleza de tus formas
En los límites mismos de lo irrespetuoso.
En la esquina
De mis emociones cristalinas,
Se escapa la angustia, el silencio y la soledad,
Puñales que en domingo te desangran,
Hasta que al nublarse la vista
Quiero despertar de madrugada
Al ver mi rostro reflejarse en algún charco
Desbordante de lágrimas imprevistas.
Tuve la valentía
De correr las fronteras de tus piernas,
Entre susurros de humareda alborozada,
Entre las dudas de miradas complacientes,
La de esos ojos nuestros
Que ponen la chispa carente de ingenuidad,
Haciendo naufragar cada torpeza
O encallando en el golfo de tus senos
Mujer encendida en este anochecer
De sabanas que caen con entera pereza.
Ahora
Que escucho a Serrat,
Sabiendo que la fiesta un día termina,
Te sueño enteramente por las noches
Entre los lugares profanos de jadeos y gemidos,
Me destemplan las gotas de humedad,
Que en este cuarto de parque centenario
Me ilusionan cuando me creo algo dormido.
Afuera
La calle ya ha sumado bastante tiempo,
No me examina en mi lento caminar
Ni le vuelve hablar de mí la luna plena,
Solo se que sigo siendo el símbolo
Creado por el corazón del atardecer,
Que la nada no tendría significado
Si en la espesa vigilia no te entregas mujer
A este encuentro sensual enamorado.





jueves, 10 de mayo de 2012

CUATRO LETRAS
Amor,
Sueles iluminar la senda de los versos,
Pero en el intento de explicarte
Solo un agudo silencio existencial
En el instante permanente de buscarte. 
Amor, solo cuatro letras y una flor.

POESÍA PLURAL

Yo,
Hereje de la fe,
De las caricias de la vida,
Que uso zapatos de charol
Y me peino con las angustias matutinas,
He encontrado el amor
Cuando no cerraba esta eterna herida.
Cuantas veces
He rezado sobre el vino en una mesa,
Entristecido por el duro abandono
O por la más desahuciada indiferencia
Que ya no entraban más puntadas
En la desintegración de mi alma sin esencia.
Pero nunca es tarde
Ni aun con la esperanza encarcelada,
Yo supe ser solo los límites de mi cordura,
En esas tardes de domingos septembrinos
Con la calidez de soles desparramados
En los portales de pestañas y su espesura.
Me he animado
A cargar conmigo al tiempo,
A domesticarlo dándole mí ritmo,
Con golondrinas que surgen de mi infancia,
Llenando de barriletes multicolores
Este cuarto tuyo que acaricio mi figura,
Perdiendo la indeseable soledad
En horas que entregados incendiamos esta estancia.
A unos ojos verdes
Es difícil mirarlos con racionalidad,
Colándose por los entresijos de la sinrazón
La belleza de mis sueños más sensuales,
En el que los labios humedecidos
Dejaban descolgarse palabras sin pudores,
Entre cuatro paredes de noches y gemidos
Con un techo calcinado por los roces
De las mariposas de nuestras manos enredadas
Desapareciendo las sombras y cada uno de los dolores.
Mil domingos he regresado
Sin haber partido jamás,
Atraque la caravana de mis deseos
En el palenque de tu límpida ansiedad,
He contado muchas estaciones primaverales
Sin renegar de la primera con la suma de mis locuras
Es que he querido amarte
En tardes arrugadas de pesares
O en noches de lunas desaparecidas,
He jugado las fichas de mis palabras
A los números reiterados de tu terquedad
No sabré nunca el resultado final
Creo que así suele ser la vida nuestra
Vivir este día compartiendo la soledad.
Nosotros,
Escribientes de la Biblia,
De adelante para atrás.




  



INSTANTES DE VIDA

Vivo
Dentro de estas cuatro paredes
Que son las estrofas de mis versos
Creyendo que el mundo es un inmenso texto
Por el que se deslizan los huesos
Y la carne de otros seres en descomposición.
Abro el ventanal,
Tomo aire a borbotones,
Sabiendo que eres letra que vendrá
Por los parajes de este mundo de anaqueles,
Donde las veredas de números impares
Son las únicas de esta avenida a contramano
Con semáforos de tulipanes anaranjados
Que se cultivan en las cantinas de estos lugares.
Aprendí a esperarte
Mirando como se deslizan las agujas del reloj,
Siguiendo con la vista al loco segundero
Y el bombardeo de minutos en el espacio,
En tanto se refleja mi asombro en el espejo
Navegante torpe que pierde en los renglones el sendero.
Me asomo
Tantas como puedo,
Entre las líneas quebradas de los amores,
Huele a lavanda el pañuelo de tu piel
Como sabe a silbido la melodía de esta tarde,
De tanto agitar las lagrimas astilladas
En el puerto de amarre de este bergantín
Como es mi lapicera de tinta de mandarina
Cuando por tu silueta mi interior es el que arde.
Siento la alegría
Que siente aquella mariposa,
La que baila entre las horas
Enamorando a luz de la luna remendada,
Instante fugaz dentro de lo enteramente efímero,
Pasaje de golondrina a pájaro colorido,
Resucitaras el oleaje de esta agua
Naciente de este infierno pretendido,
Me sedaran los dedos alargados de tus manos
Y serás escritura tendida sobre mí,
Leeré tus páginas primeras,
Me detendré cuando las flores de tu senos
Asomen entre los capítulos apasionantes
Y daré vuelta tus labios para besarte
En la misma boca que sueño anhelante.
Vivo y vives,
Entre las ramas de esta poesía
Sabiendo con incertidumbre de primerizo
Que estas porque te invento
Desapareces sumergiéndote dentro de mí
Pero sea como fuere se que serás siempre mía.

martes, 8 de mayo de 2012


ESCRIBO


Escribo
Pensando siempre en la vida,
Preludio de la muerte,
De la máxima soledad imaginable,
Del negro hueco del vacío,
De la desintegración infinita,
De la ausencia de dioses salvadores
O de diablos esclavizantes,
En los dos lugares donde el placer
No tiene espacio,
Ni el deseo puede desplegar sus alas,
Por eso escribo,
Con la firme esperanza de que los poemas
Sean duros como balas,
Que infrinjan la puñalada letal a la parca.
Escribo
Diluyendo mis besos en tu perfil,
En la superficie de tus labios carnosos
Desde donde me aferro para no caer
A la escalera resbalosa de mis temores,
Que me lleva al hueco de mi cerebro,
Profundo,
Sin final,
En esa nada angustiante,
Donde ni las lagrimas de los padecientes
Se conservan,
Simulacro de algo indescifrable
Tanto como lo insondable de tu mirada,
Del resplandor nocturno en mi ventana,
De esa entrega tuya apasionada.
Por lo tanto escribo,
Como única manera de poner sordina
A los gritos de mi existencia,
Mientras veo como se tiñe con tu cuerpo mi cama
Como se llena de tu figura mi recatado espejo,
Como escapo hacia la vida por tu cariño,
Entre tus múltiples orgasmos sin escamas.
Escribo,
Me entrego a la escritura,
Con las manos callosas adormecidas
Pero con la esperanza en la punta de mi barrilete.
Escribo y creo dioses
Entre estrofa y estrofa,
Ambicionando ser yo mismo eterno,
Darte la vida enteramente,
Para que me acompañes entre mis letras,
Me alcances los silencios arrugados
Agitando las aguas estancadas
Y con tus orgasmos como salmos
Nos adueñemos de la utopía enamorada.