sábado, 26 de mayo de 2012

. DESVESTIR EL DIA



He concluido de encestar
Mi traje de primavera,
Sabes que no ha sido fácil,
Desprender los pecíolos de la enredadera,
Soltar al poniente tu rojo corpiño
El que de tanto manoteo
Decidió el suicidio cortándose un bretel
Luego de nutrir a mis labios niños.
Embalar en un costal temporal
Es cosa de chuscada tardía
Disponiendo de espacio en el morral
De las culpas y resentimientos de la infancia,
Hoy que camino sobre mis pasos,
Sin saber si voy o vengo,
No estaría nada mal
Pretender darme al oficio de poeta.
Dios me libre del cielo,
Seguro ha de ser así
Porque el ha sido compinche en las orgías,
Borracho empedernido en las tabernas,
Orador denudo en los mítines,
Jugador empedernido de siete y medio,
Dueño de una potranca de carrera
Hasta que empobrecido por tantos festines
Ha vuelto al paraíso a aburrirse sin remedio.
Mientras guardo los recuerdos
Saco el cuaderno de escritura,
Con la tormenta tronando a mis espaldas
Y los relámpagos azules de su tinta,
Por momentos creo ser Pablo Neruda
Escribiendo los versos que jamás he leído
Pero que en medio de tantas gotas
Siento el mudo abismo de la nada
Que recorre mi torso sin escalofrío
En tanto mi Edith desabotona mi bragueta
Para tomar dimensión del gato con botas.
Estoy por irme,
Ya estoy partiendo,
Se que entre tupidos bosques
Me recibes muchacha con pies de almendros,
En tanto en muy baja voz
Me dices que ahí nadie duerme,
Sabiendo que en este edén solo somos dos,
Que voy desvistiendo el día
Hasta teñir de granate el atardecer
Ceñidos al farol de la noche
con nuestra melodía.

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