viernes, 28 de noviembre de 2014

EL SENTIDO DE LAS COSAS


Volverá a salir el sol
más allá de la muerte
irremediablemente renacerá
tantas veces como quiera
este astro de flores puntiagudas
retornará
dejaré de cavar mis recuerdos
de desconfiar de mis sombras matinales
para ver como asoma en el oriente
ese oeste mentiroso de los tahúres
y me regocijaré
sonreiré a carcajadas nuevas
porque una vez más habré vencido
olvidándome de ocultar mis huesos
con un traje reluciente de heridas marchitadas
la esperanza como escudo en la solapa
pensaré que te dibujo en una escena
con hambre de misterio
con la sed inagotable de mis deseos
te pensaré tan hembra
tan mujer como lo fuera la primera
que no he de dudar
al quitarte la sombra que recubre tu cuerpo
al despojarte del temor que no te corresponde
y en alguna superficie
hecha de restos de polvo de antiguas rosas
recostaré mi superficie
a la espera de que inundes mis venas
que cicatrices mis lesiones acumuladas
hecha en siglos de batallas equivocadas
o en el altar de falsos amores
que se ahogaran los quejidos heredados
y solo prestaré atención a tus formas lujuriosas
las que me envuelven con sus poros placenteros
que me anuncian que es el calor del nuevo sol
ese que creí mil veces ya perdido
en la forma de tu cuerpo hechicero
para recomenzar el sentido olvidado de las cosas.
Roberto Brindisi


jueves, 27 de noviembre de 2014

LA VIDA EN EL TIEMPO


Que ha roto el silencio
provocando tanto ruido
el bullicio de los que hablan
sobreponiendo sus signos repetidos?
Que ha roto,
que es lo que ha partido
si la hipocresía se pasea con unas copas de vino
y en el suelo cadáveres de otros ríos,
hay silencios infinitos
silencios hechos de noches con tanto frio
de desamor
de engaños
de gritos ahogados en los muros del hastío
a veces el silencio
pesa tanto que se hace insostenible
incomoda los huesos de algunos individuos
incendia las falsas palabras
las praderas sembradas de vocablos vacíos
no saben decir te amo
porque el veneno es muy corrosivo
articulan vocales y consonantes ignorantes
nacidas en los márgenes de otros nidos
desnudas
sin las ropas de los sacerdotes de la lengua
intentando convencer que no hay camino
sino mil senderos que solo llevan a la orilla
de un océano inmenso de falsedades
de torpezas, heridas y lastimaduras
carente de agua
con la lluvia mustia de verdades
con los médanos de frases corrosivas
cuando se pretende decir con el bullicio
lo que el mutismo pario con sentido
no hablaremos del desnudo de una mujer
ni de los deseos de un hombre perdido
solo haremos saber que hemos matado al miedo
no ha muerto sin un quejido
cuando la vida pierde la dimensión del tiempo
lo demás es cuestión de enredos.

Roberto Brindisi 

NO IMAGINAR


Nunca te imagine
hecha con la sangre de mi destino
ni siquiera con el dolor de mi silencio
nunca fue ayer
como eso pájaros ausentes de palabras
como esos besos que se perderán en el camino
quizás alguien te pensó completa
grave error por desconocer el universo
se que pude detener la voracidad por un segundo
entregarme al hechizo de los bordes de tus labios
pero era mucho más lo que quería
amaba las gotas de tus gemidos
me atrapaba esa ingenuidad tan atrevida
tus sueños compartidos con mi desierto
argamasa de conceptos renovados
nunca te imagine
recorriendo mis venas con tu prisa
pero la ausencia es presencia astillada
como el canto de un jilguero matinal
que levanta vuelo hacia la zona del infierno
nos avisa que se ha extraviado otra mañana
quizás la del domingo con su carga animal
ahora pienso que detrás de lo agrio del vino
solo la falta de palabras parece permitido
para entregarse a descocer las puntas del vacío
te veo parada debajo de un campanario
lugar exacto para sacarle filo al adiós
o portal divino por donde entra tu silueta
se que te pesa no saber sin marcharte o retornar
pero cada uno borra o afirma sus pisadas
solo me queda aguardar
en la puesta del sol mientras se raja la oscuridad
partida entre el recuerdo desvanecido
nunca habrá suficiente espacio por delante
solo el silbido de esta actualidad endemoniada
nunca quise imaginarte
en lo mustio que agoniza de cansancio
será que me alumbra una ausencia desmedida
en las primeras horas de esta madrugada?
Roberto Brindisi



miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL DIFICIL REGRESO


No pedí
una daga gélida
para cortar los tientos del infierno
no fue mi voluntad
verte arder en los recuerdos inventados
detrás de tanta agua desbordada
no quise asomarme a una ira persistente
solo era mi humilde intención
multiplicar mis ojos en tus mañanas
tener la mirada erecta
acariciar el aire que se espesa
cuando nuestras prendas caen veloces
asomando las formas en las brumas
en tanto en un océano de caricias
te rescato regalándote el infinito
pero la mañana tiene sus reglas
la marcha de tus tacones me perforan
es difícil predecir si hay camino por donde volver
mi calma y nuestro ardor van derritiéndose
debemos reconocernos nuevamente
entre las afiladas astillas de las heridas
en los colmillos de mi lobo interior
en el salvajismo de tu desnudez ya no inmaculada
mas si ello no ocurre incendiare la luna
haré de la pasión un instrumento oxidado
encerraré la risa que te robe de espaldas
miraré a través de los espejos
como crece el moho de la decepción
aunque espero que cumplas tu promesa
de regresar aunque el tiempo desaparezca
sabrás que las hojas firme de una poesía
no son meros garabatos que llenan renglones
son declaraciones guerreras aunque amorosas
en este espacio que es mi penúltimo refugio
nadie ingresará a andar en mis laberintos
en los bordes precisos de mi demencia
todo este cuarto sembrado de orquídeas
te perteneces por la calidez de tus besos
por las sensaciones que despiertan tus dedos escurridizos
porque cuando llegas
desaparece la terrible soledad
ya se secan las lágrimas del silencio
siendo la materia en sus movimientos primerizos.

Roberto Brindisi

lunes, 10 de noviembre de 2014

NADA HACE DAÑO


Ya no queda nada
ni una palabra por partir
esta calle ayer inundada de ojos
hoy padece la soledad del cristal
las veredas juegan al silencio
en una inmensa noche de final de siglo,
nada
partículas infinitas de nimiedades
que se evaporan tras el paso de un gorrión herido
la sangre que consumió mis venas
anda escondida en la terminal del viento
un todo resquebrajado
se diluye como heridas en el aire
me pregunto
tanta espera para morir tan tarde
donde han sepultado la ansiedad primera
que fue de las sombras que perecieron sin cuerpos
de los umbrales nunca atravesados
de eso ojos ciegos que despertaron con tu primavera
nada es imposible
algo debe haber servido
algo debe haberse ocultado
sino para que la búsqueda de esa bruma
que dio a luz a las formas de una hembra
despertando los sentidos adormecidos
afilando el látigo de un instante eterno
hasta florecer en amaneceres de cosecha y siembra.
Me resisto a pensar
que esas horas de loca suficiencia
en que la tierra se encendió en tu hoguera
cuando los mares de tu piel desnuda
cubrieron la superficie de mi país herido
impregnándolo de la avidez de tus orquídeas
todo eso duro lo que un simple interrogante
ahora que recojo trozos de tus recuerdos
o de los míos que bañan el suelo de mi arena
puedo creer que el tiempo es un vacío extraño
una abstracción que cubre mi imaginario
una insignificante broma del destino
para que los amores agrietados no sufran tanto daño.
Roberto Brindisi


EN EL FUEGO DE MI TIEMPO


El reloj de pared
dio la hora exacta
en tanto las nalgas de tu desnudez
descansan sobre un tapiz de fuego
en estas horas de dimensión parcial
en el que una lluvia de miradas perdidas
se despliegan esperando te despiertes,
pareces no cansarte nunca
de mentirle a la pobre luna abandonada
te cree victima porque gimes en esta estación
pero solo ve tu lado oscuro
cuando de espalda te regocijas mezclando
las caricias nacidas en esta madrugada
o en otras tantas que se transformaron en rio
en agua apareada con unas olas picadas
así las escamas de tu piel enardecida
desaparecen ante la vista de unos ojos lujuriosos,
te he esperado mujer
entre las astillas perenne de mi silencio
entre el follaje hostil de mi silencio
entre tanto y tanto desierto de misterio
que cuando llegaste hubo música de suplicio
de desear que no partieras nunca
inmortalizada en el lienzo de mi lecho
como si el tiempo hubiera muerto en este precipicio
el de tus labios rojos
flotando en el aroma hundido de mi recuerdo
entre unos dedos que te recorrieron toda
parte por parte en esta longitud de vida
en esos médanos que parieron pelvis
la misma que se extendió abriendo surco
tajo, al que un flaco espinettano la salpico de versos,
por esa misma senda es que bajo a comulgarme
desafiando los alambrados vírgenes
memorizando los poros por perversos
porque puedo bajar mil veces
amanecer en la cuesta subiendo hasta perderme
mas de que vale la existencia en este sitio
sino es para regocijarse cuando tus senos crecen.
Roberto Brindisi  




domingo, 9 de noviembre de 2014

HAY PORQUE VIVIR


Hoy
en este tiempo de la nada
de vidas llenas de vacío
de muertes con tan poca valentía
de voces que intentan confundir
pienso a veces si los amaneceres son tan claros
o me equivoco al escribir una poesía
como forma de eternizarme en la palabra
de contar las verdades de mi demencia
cuando de entre el polvo de la intrascendencia
rescato algún verbo que no ha enmohecido
pienso que existir quizás valga solo por amor
sumergiéndome entre las sabanas de tus piernas
tapándome con la suavidad de tu entrega
religiosamente devota
piadosamente cobijándome entre tus senos
parto hacia la cima de tu boca cuando den las diez
en tanto los astros quieran platicar conmigo
por la ventana donde tu silueta se recorta
mas terrenal te secuestro en este espejo
haciendo el amor como animas que se pueden extinguir
dándome cuenta que toda geometría
se consumen en unas líneas
sobradamente sinuosas
sé que tienes temores a lo profundo del abismo
ese construido por placer en expansión
y que en su fondo guarda el filo de las cosas
pero te dejaras caer
sabiendo que vivirás efímeramente una infinidad
en el mismo momento que Dios se desperece
admirado por ese cuerpo etéreo
que en el momento de la entera creación
no imagino ser elarquitecto que trazo tanta belleza
mientras tanto te tiendo la mano
hago que el sudor con el que ganaras placer
se multiplique como el vino y los panes
que como una oración de otra catedral
partas el silencio con tus incontables gemidos
escuchando como un susurro los vocablos más procaces
porque el amor también tiene fundamento de sexo
sobre la rutina que escriban los vencidos.
Roberto Brindisi


miércoles, 5 de noviembre de 2014

NO RENDIRAS CUENTAS


No me arrepiento
de esta solidez tan mía
de mis garúas frías y frágiles
que abonan esta silueta tuya
no me lamento
cuando en los poemas de mi muerte
extiendo la existencia mía
ni imploro penetrar en tu desierto
ya que has dejado tu desnudez desarreglada
quizás no sepa como agonizar hoy día
cuando me recorres con tu mano inquieta
suelo mirarme en las baldosas de este piso
el que desapareciendo cuando oscurece
siente que rebotan los gemidos
extiendo el brazo hasta el estante
en el que se balancean los ignotos jadeos
pero siento que te entregas al silencio
mientras que en mi garganta quedan gritos
son esas curvas extrañas del camino
las que me llaman poderosamente la erección
descomponer las figuras en mil astillas
no es tan sencillo como juntarte encima mío
y es cuando digo que no me preocupa
que tu imperfección hecha de tajos lubricados
hagan que mi memoria registre cada instante
no conozco justicia más severa
que la que me condene a alejarme de tus senos
se secara mi boca en la cárcel de la soledad
arderán mis labios en el infierno de la nada
crecerán mustias las olas de las caricias
sino se levanta tan extraña pena
me he declarado inocente siendo un tunante
pero desde la tiranía de ser el escribiente
puedo torcer a voluntad porfiada
este deseo mío
sin apelar ninguna sentencia
ya que en tu cuerpo encontraran el mío
recorriendo todo este rio tuyo
hasta que se ahogue esta lengua mía
hasta que se apague este calor primaveral
seria doloroso ver como levanta vuelo
tu figura despegada de mi extensa fantasía.
Roberto Brindisi



FINALMENTE ESTABAS


Y ahora te descubro
escondida en los renglones itinerantes
asomas detrás de un adjetivo
de un poema que se perdía en el naufragio
prontamente superado el remolino
apareces diluida en los márgenes de los amantes
nunca son muchos los besos,
escribiste
jamás, si son los adecuados
mire la hora perdida en un espejo
queriendo que no se termine esta oración
todavía que atardece en mi memoria
quizás la vida me ofrezca algo más que ser olvido
tal vez un tajo en el desierto de los años
o una pisada como huella extraordinaria
será que esas pupilas interrogan mi presente
o es el pasado que se devora tanto daño
más en el aquí y ahora
deje de pensar en la orfandad urgente
en ese instante de miseria y abandono
es que desde el puerto de mi pluma
zarparon unas naves de jazmines novedosos
llegarán hasta tu vientre desnudo
amarrarán en la pelvis de una entera suma
o morirán de tristeza en un jarrón cualquiera
no,
nos prometimos que arderían
en las rosas moradas de tus senos
allí donde mi boca clama
recuperar aliento después de este desvelo
ser inmortales por derecho eterno
es que tu piel es un extenso pergamino
donde tallar unos versos postreros
hay mariposas que solo viven un día
pero hay siglos que reconocen tu vuelo
quien no ha pasado por la iniciativa de ser oruga?
lo mas complejos es en qué clase de alevilla
nos convertimos
cincelado con el fuego de lo infinito
nacemos y morimos en cada instante
entre las astillas de una mirada clara
o en las madrugadas donde un beso
es el comienzo de un espacioso rito.
Roberto Brindisi


martes, 4 de noviembre de 2014

SER DESDE SIEMPRE


Soy
una enorme herida
un silencio sin importancia
un escriba de poemas bastardos
una soledad parcialmente absoluta
un interrogante con múltiples negaciones
alguien que nació hecho esquirlas
las que estallan en las noches de fuego
como también soy
esa trinchera  abierta en el alma
ese niño que no aprendió a gritar
ni a recibir una mano en los juegos
con las barajas de un destino roto
soy
ese que intento llegar al cielo
en la rayuela de una calle empedrada
que intento llenar con palabras ahuecadas
el nido vacío de una niñez temprana
soy
el movimiento en medio de la nada
las sombras de las deudas que se pagan
un tipo tan común que es un ave extraña
el que debió morir en una esquina setentista
pero no se dieron cuenta
que los dioses también tienen sus mañas
soy
un amante que busco entre tantas hembras
lo que solo una mujer preñada en fuego
dueña de los malabares más eróticos
puede volver a zurcirle el pecho
abrirle con las caricias de sus dedos
las pupilas que entrecerró la vida
soy
ese cuerpo extenuado por las madrugadas
que yace de costado montado en su lecho
con la esperanza de despertar sin la soledad
como perra guardiana de su existencia
sembrando alborotos en las horas postreras
cuando a la que quiere desnuda apasionado
besando entrelineas las caricias de la muerte
el que no se entrega
el que resucito tantas veces como Jesucristo
con las manos sangrando por los clavos
persistió en no rematar su suerte.
Roberto Brindisi




ESOS OJOS VERDES


El aguarda
sentado en la silla dominguera
con la mirada en unos ojos verdes
que hasta no hace mucho estuvieron
y que hoy no los encuentra
quizás ha sido su dejadez
no saber sujetar su culpa
inculcada falsamente
pero que le taladro su sueño
quiso ser lo que no fue ni era
y en ese derrotero se quedó sentado
perdiendo a girones lo más importante
esa mujer que si valiera
se equivoco lastimando
se lastimo equivocándose
hoy con el alma entre sus penas
quiere y ama
en tanto su esperanza desespera
pide poder enmendar esos poemas
sueña con que aún no ha perecido
ni se marchitado su mano compañera
cree que anduviera por las calles de ese barrio
abrazando algún día a la que fuera
a la que es, a la que nunca se ira
de su locura de gorrión infantil
su amante única y primera
con el pecho herido
atravesado por el viento del abandono
susurra que ella cocerá
como si recién de España regresara
su alma de gitano desperdigado
de inmaduro trajinador de mundo
detenido en un domingo de primavera
como en los tangos de Piazzola
queriendo completar el sueño
de un amor como ninguno
si eso ojos verdes lo quisiera.
Roberto Brindisi


lunes, 3 de noviembre de 2014

DERROTERO


En el primer instante,
cuando fui parido,
la parca me susurro
que lo que le falta es el olvido,
desde ese intervalo la cobije
mil veces en mis oídos
hasta amigarme con la vida
con el placer, el humo y el vino
entendí que hay un sendero
por el que recorrer mi camino
que nunca seria de ida
sino de atajos más laberintos
que se puede llorar todo un día
pero los pasos más firmes se dan
echando abajo el cerco tendido
quise emerger una noche
esas de lunas tan nuevas
que me deslice por tu dermis despierta
entre tanta soledad de varón
por pelarle a los molinos silenciosos
pude empezar a entender
que el amor, el placer, el deseo
sumado al sexo sin inhibición
me regalarían los mejores momentos
en este círculo del purgatorio
ese símbolo oscuro a descifrar
fragmente en la interpretación
mi lengua porteña en tu boca sabia
en ese umbral del querer
prepotente en su figura
reflejo de tantos amaneceres
en el que tu soledad en mi continente se perdía
aprendí desde abajo
como se alcanza la altura de tu cuello
como hay territorios invictos
que adivinando en la oscuridad
puede descorrerse el velo
y en un nuevo orden de las horas
como la parsimonia de las cosas
durante nuestros interminables derroteros
también en lo voluptuoso uno se enamora.

Roberto Brindisi

domingo, 2 de noviembre de 2014

REGRESAR SIEMPRE ES POSIBLE


Regresaré
cuando la luna estallé
he de volver a gobernar mi cuerpo
te nombraré con ardor
muy lentamente
sobresaltado con el roce de tus pétalos
entreabriré la vida
por el espacio donde se filtren tus pestañas,
se que en mis rincones perdidos
anda la sombra de tu silueta
que mientras duermo se recuesta
a sentir como respiro
descifrando mis sueños
con susurros apenas audibles
por momentos se que me ilusiono
con que no seas solamente bruma
deseo verte asomar a mis cuencas pendientes
no descubrirte vacía
o siendo un conjunto de recuerdos
sino el taconeo en la vereda
anunciando que tu país invadirá el mío
con tu intimidad despojada como bandera
y así
sin las defensas preparadas
dejar que recorras mi superficie
no podrás decir que hui de esta batalla nueva
encontrarás que dejo de escurrirme
por entre el blancor de nuestro lecho
tengo la memoria acostumbrada a tus formas
bordada en siglos de manos atrevidas
me desvelo en medio de la ignición
entre un ardor que destierra mis inviernos
se estaciona en un verano concupiscente
arraigado fuertemente a tu cintura
entrecruzamos mortalmente nuestras piernas
chocando las vanguardias de nuestros pubis
y ya no te sueño
veo que tanta intensidad no ha sido solitaria
intento levantarme y decir tu nombre
pero me recuestas sobre el mar de nuestros besos
sin mencionarme me reconoces con tu lengua
me muerde la premura de tus labios que acometen
solo se me cruza un pensamiento
moriría con mi boca atrapada en tus cerezos.
Roberto Brindisi






VOY APRENDIENDO


Aprendí
a descolgarme
por el surco de tus lagrimas
a cortar las alas
y cultivar abrazos
a envolver los gritos
entre los arboles de mi silencio
a almacenar palabras
para los tiempos de sequia
antes que se abra el cielo
salpicando ángeles dormidos
no habrá sonido que los despierte
ni misterio que nos distraiga
seguiré tu senda
regada de ropas intimas
abriré mis limites
dejando al descubierto mis mezquindades
no ahorrare alegrías
al descubrir el mundo de tus pupilas
seguro habrá un ladrón
esperando apropiarse de nuestros besos
no dividira tus labios
aferrados a la muesca de los míos
atraparé las gotas que caen en tu olvido
recordaras cada momento exaltado
cuando pintada en las baldosas
un lecho te invitó a entregarte al placer
océano picado de olas ardientes
serán tus dedos los que se apropien
del norte de mi destino
descolorido en el filo de la lujuria
allí sabrán que tu cuerpo no levita
sino que cae sobre las formas idílicas de tus senos
como médanos en mi playa eyaculada
solo se abrirá tu dulce tajo
sin que lo apremie la tiranía del destino
únicamente el sonido puro del gemido
el que mis oídos escuchan en noches de soledad
bajaras tan suavemente
que no sabré que has querido
engullirte mi eterna masculinidad
dirán que somos escoria de la vulgaridad
que las plumas eruditas me detestan
poco importa en el portal de los perdidos
los que se masturban con las meras letras
soy y somos parte de una extensa realidad
donde coger es un acto con todos los sentidos.
Roberto Brindisi








EL DESTINO


El agua
ignora que es parte del rio
el rio no sabe donde desemboca
al igual que mis suspiros,
esos de amor por los recuerdos,
tampoco conozco
si se diluirán en un aire fresco.
Mis deseos
no son conscientes
de la forma etérea de tu alma
solo anhelan la geometría de tu cuerpo
los sustantivos plenamente henchidos
cuando los primeros escarceos
como tampoco tengo la sapiencia
de cómo hablaran los verbos de tu boca
ni de que están hecho los ardientes besos
de eso labios que se asemejan
a una caldera en ignición perturbadora
será de la misma materia que el trópico de tu clítoris
cuando en una corriente de lava
acabe con el tiempo en mi cuarto de hora?
Ignoro mi designio de poeta
en la borra del café veo que no quedara ni rastro
de esas letras encriptadas o torcidas
garabato del destino de una mano sin sus dioses
pero leo los poros intensos de tu piel
y me tranquiliza saber que mientras vivas
no desaparecerá lo cincelado en tu cintura
ni las rimas esculpidas en lo pleno de tu espalda
serán las metáforas infinitas anotadas en tus nalgas
las que registren mi paso por la literatura
serán tan crueles los instantes en que ya no este
esos que con esmero tacharan mis iniciales
de cualquier lugar en que crezca
como yuyo salvaje
algún párrafo de mi extendida poesía
la que apenas conoció la luz
en algún blog de poesía extrañamente erótica
cuando dormido en algún domingo eterno
alguien de vuelta la página de mi libro imaginario
y vea que escribí al amor sin ninguna letra gótica.

Roberto Brindisi