domingo, 2 de noviembre de 2014

EL DESTINO


El agua
ignora que es parte del rio
el rio no sabe donde desemboca
al igual que mis suspiros,
esos de amor por los recuerdos,
tampoco conozco
si se diluirán en un aire fresco.
Mis deseos
no son conscientes
de la forma etérea de tu alma
solo anhelan la geometría de tu cuerpo
los sustantivos plenamente henchidos
cuando los primeros escarceos
como tampoco tengo la sapiencia
de cómo hablaran los verbos de tu boca
ni de que están hecho los ardientes besos
de eso labios que se asemejan
a una caldera en ignición perturbadora
será de la misma materia que el trópico de tu clítoris
cuando en una corriente de lava
acabe con el tiempo en mi cuarto de hora?
Ignoro mi designio de poeta
en la borra del café veo que no quedara ni rastro
de esas letras encriptadas o torcidas
garabato del destino de una mano sin sus dioses
pero leo los poros intensos de tu piel
y me tranquiliza saber que mientras vivas
no desaparecerá lo cincelado en tu cintura
ni las rimas esculpidas en lo pleno de tu espalda
serán las metáforas infinitas anotadas en tus nalgas
las que registren mi paso por la literatura
serán tan crueles los instantes en que ya no este
esos que con esmero tacharan mis iniciales
de cualquier lugar en que crezca
como yuyo salvaje
algún párrafo de mi extendida poesía
la que apenas conoció la luz
en algún blog de poesía extrañamente erótica
cuando dormido en algún domingo eterno
alguien de vuelta la página de mi libro imaginario
y vea que escribí al amor sin ninguna letra gótica.

Roberto Brindisi

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