domingo, 2 de noviembre de 2014

VOY APRENDIENDO


Aprendí
a descolgarme
por el surco de tus lagrimas
a cortar las alas
y cultivar abrazos
a envolver los gritos
entre los arboles de mi silencio
a almacenar palabras
para los tiempos de sequia
antes que se abra el cielo
salpicando ángeles dormidos
no habrá sonido que los despierte
ni misterio que nos distraiga
seguiré tu senda
regada de ropas intimas
abriré mis limites
dejando al descubierto mis mezquindades
no ahorrare alegrías
al descubrir el mundo de tus pupilas
seguro habrá un ladrón
esperando apropiarse de nuestros besos
no dividira tus labios
aferrados a la muesca de los míos
atraparé las gotas que caen en tu olvido
recordaras cada momento exaltado
cuando pintada en las baldosas
un lecho te invitó a entregarte al placer
océano picado de olas ardientes
serán tus dedos los que se apropien
del norte de mi destino
descolorido en el filo de la lujuria
allí sabrán que tu cuerpo no levita
sino que cae sobre las formas idílicas de tus senos
como médanos en mi playa eyaculada
solo se abrirá tu dulce tajo
sin que lo apremie la tiranía del destino
únicamente el sonido puro del gemido
el que mis oídos escuchan en noches de soledad
bajaras tan suavemente
que no sabré que has querido
engullirte mi eterna masculinidad
dirán que somos escoria de la vulgaridad
que las plumas eruditas me detestan
poco importa en el portal de los perdidos
los que se masturban con las meras letras
soy y somos parte de una extensa realidad
donde coger es un acto con todos los sentidos.
Roberto Brindisi








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