martes, 4 de noviembre de 2014

ESOS OJOS VERDES


El aguarda
sentado en la silla dominguera
con la mirada en unos ojos verdes
que hasta no hace mucho estuvieron
y que hoy no los encuentra
quizás ha sido su dejadez
no saber sujetar su culpa
inculcada falsamente
pero que le taladro su sueño
quiso ser lo que no fue ni era
y en ese derrotero se quedó sentado
perdiendo a girones lo más importante
esa mujer que si valiera
se equivoco lastimando
se lastimo equivocándose
hoy con el alma entre sus penas
quiere y ama
en tanto su esperanza desespera
pide poder enmendar esos poemas
sueña con que aún no ha perecido
ni se marchitado su mano compañera
cree que anduviera por las calles de ese barrio
abrazando algún día a la que fuera
a la que es, a la que nunca se ira
de su locura de gorrión infantil
su amante única y primera
con el pecho herido
atravesado por el viento del abandono
susurra que ella cocerá
como si recién de España regresara
su alma de gitano desperdigado
de inmaduro trajinador de mundo
detenido en un domingo de primavera
como en los tangos de Piazzola
queriendo completar el sueño
de un amor como ninguno
si eso ojos verdes lo quisiera.
Roberto Brindisi


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