viernes, 30 de agosto de 2013

MUJER Y VIDA


Creeme
ella es el cumulo de la envidia
es el rostro condescendiente
que escucha tus palabras bellas
y creyendo que no es vista
a esas flores
una a una despacio las degüella
créeme
que no hay límite posible
cuando los celos saltan el alambrado
vagara vestida su impura desnudez
rasgara con las uñas los rosedales
pero el dolor de las espinas
lo pasara a quien sea su enamorado
créeme
que cada día aumentan los que ven
crecen exponencialmente los que oyen
se multiplican los minúsculos generosos
en tanto ella intenta despellejar lo bueno
hacer confusa la decisión de astillarnos
remontar a terreno limpio el cometa
y recordar cuando hacíamos el amor
detrás de las parvas del heno
creeme
cuando sea la noche
su cabellera crece
ha de parecer una medusa
que recorta impúdicamente el aire
que detesta los relatos de amores nuevos
que la destruye desmigajándola también los viejos
pero afortunadamente
con las primeras sombras del anochecer
dejará con un soplo agrietado este planeta
no habrá heridas de cuchillos descuidados
ni lloverá en la parte seca de la luna nueva
será cuestión de protegerse en las mantas del cariño
prestar atención al paso del furgón de la esperanza
no entretenerse con las canciones enredadas
aplaudir calurosamente su partida
enumerar los días que marchitó con su presencia
en este siglo de flores coloradas
esa mujer que nunca supo de la vida.


INCRECENDO


El silencio
inmensa nave insignia de mis poemas
tal cual lo digo
no existe
sucede que el aire está poblado
por una gran escasez de oídos rasgados
grietas colosales de mi palabra
o vocablos abortados en otras bocas
Aquí,
en este punto
bajo la sabana mínima de mi pañuelo
dormitan, con un ojo abierto, mis adioses
me niego a replegar tantos olvidos
pensando que el ser más miserable
es el que esta deshabitado de sí mismo
por haber subalquilado a las ajenidades
sus compartimentado espacios interiores
hasta perderse en un círculo vicioso
donde nadie accede a nacer  para morir
aunque esto casi siempre suceda
y me obliga a preguntarme
si acaso Dios esté deseando tanto su finitud
como nosotros la inmortalidad
y por ellos este sanguinario desconcierto.
En esta tarde
cuando decaen lentamente
las luces encendidas del suicidio
veo a través de los relojes de acero
como gotea su llovizna nuestra muerte
pero si pienso en un momento grato
arranco la espina de tanto agobio
puedo poseer el inicio de la primavera
heredando la lluvia de tus poros
mientras el cielo se desploma sobre nosotros
con su empalagosa carga de figuras voluptuosas
y hago que vivamos por un breve instante
en los bordes absortos para el que no estamos hechos
será la soledad en el desierto
o la belleza de tu nombre que me persigue desde antes
desde que encontramos nuestro sitio en mi lecho.


martes, 27 de agosto de 2013

LA SUMATORIA DE LAS GOTAS


Esta tarde
en el más absurdo de los atardeceres
cuando ya nada queda por esperar
ni la sonrisa tempranera
ni la ansiedad roedora de mis tiempos
ni las ebrias astillas de mis  alegrías
nada,
una terrible nada
viene a perforar mis manos
a ensortijar los glóbulos de mi sangre
a elevar la superficie de mi incógnita
sin atinar a cruzar esta calzada
calle de innumerables recovecos
por donde hui hacia el espacio de mi infancia
para encontrar en una verde plaza
los múltiples murmullos de mis ansias.
Suele haber momentos
en que poco es de una plena certeza
no hablo de cosas materiales
ni de fantasmas y espectros imaginarios
suelo pensar que los puentes intangibles
esos que la vida eleva frente a la mirada
por donde transita el silencio de la vida
o dónde pasea inquietante la memoria
pueden convencerme que bien vale una rosa
el peso verdadero de algún cielo
o quizás los labios sensuales de mi amante
que son iguales pero nunca la misma cosa.
Hoy
que solo se entiende a este presente
tengo por delante la transparencia de tu mirada
la de las pupilas de color indescriptible
que pulveriza el horizonte  de la gracia
ahora siento el regocijo de tender la mano
hasta la llanura de tu pelvis
reconocer la sumatoria de las gotas
cuantificar los poros de tu superficie
abrir mi rostro a la llave de tus labios
dejar que me erotice el aire de tu gemido
pájaro blanco con alas encendidas
gaviota amanecida sobre la pirámide de arena
veo el desfile invisible del ajetreo
en tanto tanta desesperanza se ha esfumado
o está enteramente perdida.






domingo, 25 de agosto de 2013

LA IGNORANCIA DE SABER


Con el tiempo aprendí la espera
deje de lado la incómoda ansiedad
me amigue con la sabia paciencia
llegando a quebrar el pulso acelerado
que abonaban el infinito hueco de la nada
y pensé que por fin tendría serenidad.
Aprendí
que nunca se conoce todo
que la ignorancia es la parte sobresaliente
de una sapiencia artificial
pero sobre todo conocí
que detrás de las sombras de tus nalgas
el paisaje es conciso
que solemos gemir en ese instante
y escalo sin prisa hasta tus pezones
donde una aureola bien marcada
se entrega a esta pasión más que rebosante.
Me dijiste cúbreme
tápame el pasado de  equivocaciones
abraza por el dorso el presente eterno
abre tu boca para que extraiga las palabras
no dejes de mirar mis esquinas
donde los tajos  y arroyos se manifiestan
enterremos para siempre los recelos
descarnadamente vulnera mi fragilidad
que no es cierto que el amor y el sexo se detestan.
Abrí tu dermis
en la penúltima vigilia del suicidio
forcé tus músculos
penetre en tus venas donde fluye la eternidad
y con la luminosa sonrisa de quien triunfo
me deje caer muerto al borde de tu cama
pude ver los pétalos de viento rojo
que recogían las gotas del diluvio de antaño
hecho mi féretro con retazos de sensualidad
la tierra traía el mensaje  de las ultimas auroras
morirás esta noche para resucitar  en los parajes
cruzaran el sueño de aristas forasteras
y en un domingo de esos cualquiera

recuperaran el erotismo de las mejores horas.

SOY LA POESIA


Me cuesta
descolgarme de la poesía
saber si soy quien la escribe
o un párrafo en su interior,
es costoso reflexionar
porque el espacio del silencio
si bien se mantiene
está muy pronto a estallar.
El mundo es caótico
cuando no un espejo deformado
en el que se reflejan los dolores
manchado de varias alegrías
difícil levantarse en la mañana
cuando no se despegaron los olores
de la borrachera lujuriosa de la noche
cuando el recuerdo de quien yace a mi lado
tan callada
increíblemente dormida
se multiplica en los gozosos derroches
de sensualidad
de lujuria
de voluptuosidad
que atrapó entre sus manos un sustantivo
sin importarle cuál era su significado
ni si la semiótica le dio un significante
quizás el incendio fue tan atrapante
que el calor pinto de rojo mis sabanas
transformó en ceniza mis caricias
hasta que la mariposa de tus besos
fueron ignición en estado congelado.
Hoy he vuelto
como tantas otras veces
a pensarte jilguero del deseo
he buscado entre las sombras de anoche
cuanta piel tapiza mi lecho
si la mancha de tus ojos trasparentes
penetraron  el bello hechicero de mi torso
sabiendo que desataron mi galeón aun potente
mientras en el hueco de mi ventana
siento la llegada de tu taconeo imponente.