miércoles, 19 de agosto de 2020

SOLEDAD ENREDADA

 


Un lugar ermitaño

Desesperado por los murmullos

Requiere de mi sombra

De mi soledad

De los ruidos de tus jadeos

Que hoy no están

Como tampoco mi deseo

La indecencia de mi placer

Recorriendo esos muslos suaves

Esos senos enardecidos

Gotas de besos convulsivos

O mares de labios en delirio

Ahora solo silencio

La inmovilidad del infinito

Regresara la noche

El espejo de imágenes adormecidas

Volverás cuando te espere

Junto a las ventanas del recuerdo

Susurra nuestra infancia

Con las heridas en presente

Sabiendo que nunca han de irse

Más podemos subsanarlas

Entre caricias y desvelos

Parte un pájaro de este invierno

Sueltas las hojas despedazadas

Veo tu rostro atrevido

Borracheras de mil hastíos

En las lenguas de esta madrugada

Siempre vuelves

Siempre volvemos

Somos inagotables el mismo rio.

Roberto Brindisi

 

 

 

 

sábado, 11 de julio de 2020

LA SOLEDAD ACOMPAÑADA



El fuego
Engendro este lenguaje mío
Silencioso, deshilachado
Propagándose en un prado etéreo
El agua
Mi gran hechicera
No vienen a apagar las llamas
Solo son gotas que humedecen mi lecho
Tu sombra canta en ausencia
Danzas entre estas paredes
Aun cuando vienes por la noche
Veo mis ojos en los tuyos
Mis besos en tus labios
Mi mano en tu entrepierna
Me susurras
Ya vendrán las palabras
Vendrá el gemido desbocado
Una lluvia de orgasmos sin horario
Hasta que las luces de la mañana
Vuelvan a sumergirme en mis heridas
Me quede solo con mis vocablos
Y vos
Tanto repites el retorno
Que muchas veces te confundo conmigo.
Roberto Brindisi

viernes, 10 de julio de 2020

ASI SOMOS



El desconsuelo
Animal furioso de andar nocturno
Muerde las imágenes de mi suspiro
Como perro callejero del silencio
En este invierno se instala en mí
Suele no usar lenguaje verbal
Solo el cuerpo lo recita
Atraviesa mi dermis
Para asentarse en la tuya
En la que masticaras vocales
Desenfundaras tus dedos largos
Que escudriñaran mis labios
Se relamerán en mis besos
Anidaran en mis sombras
Eternas, infinitas, pero breves
Viernes es un buen día
En el despliegue de unas sabanas
Rotas como la esperanza
Zurcidas como el anhelo
Y en el amanecer miraras mi espalda
Mientras mi espejo vera tus miedos
Resignándose a su desvelo
Eres la misma en otro nombre
Idéntica a la que nunca piso este suelo.
Roberto Brindisi


domingo, 14 de junio de 2020

PRESENTE


Dar cien pasos
Bajo un cielo de gotas suspendidas
Con un sol que es solo una metáfora
Darlos caminando al infinito
Poniéndole nombres de memoria
A cada día, hora,
Lo inevitable retaceado de la conciencia
Y tu sombra en la pared de mi cuarto
Tus jadeos, música del anochecer
El silencio postrero
En las aguas de una alborada
Te vistes lentamente
Sabiendo que habrá regreso
Al menos esa es la fantasía
Volver sin haberse ido
Solo un eterno presente.
Roberto Brindisi

miércoles, 10 de junio de 2020

ENCUENTRO



Caminar
Sobre un tejido de fantasías
Apoyar las ganas
El deseo
Las sombras
Unos senos erguidos
Unas manos crueles
Todo en un intensa soledad
En un mundo silencioso
Donde bailan los espejos
Con sus reflejos añorados
Una tela desplazada
Sabanas que no cubren
Los laberintos de la mente
Los viejos tigres lujuriosos
El jadeo de dos embriagados
Todo y mas
Sumatoria que nos lleva
A encontrarnos en este anochecer
Afuera el hielo…
Roberto Brindisi


jueves, 9 de abril de 2020

PARECE



Deber de contar
De sentir
Ya no existe el sol
No se nombra la existencia
Hay fuego cayendo en silencio
Una infancia que se queda en lo inconsciente
La lastimadura de las plantas
Unos labios que relamen sequedad
Dicen que han conocido las heridas
Una tarde en un bodegón de buenos aires
Quizás sea por esa silueta
Disuelta en el mar de suspiros
Cuando aún había luz
Y la oscuridad más necia
Era otro tiempo
Mas nuestro
Menos mutilado
Andábamos lento, sin ansiedades
Las noches despobladas de pesadillas
En alguna esquina unas monedas resonaban
Un escalofrío recorría mi ventana
Hubo quizás una vez un asonancia
Un conjunto de vocales
Alguien que estiro unos versos
Los volcó sobre lo blanco de la nada
Y amanecieron siendo hijos
De aquella madrugada voluptuosa
Cuando retumbaron sobre el espejo
Los jadeos de dos palabras nuevas
Decían quererse
Mas es sabida la mentira
Decían no recordar
Lo novedoso de entrelazarse en otro cuerpo
Ella se desvistió de antojos
Jugo enloquecida en ese infierno
Juro durante el recorrido en su cuerpo
No pertenecer a nadie
Solo al impulso de regresar como carne viva
Como piel frotada intensamente
Como arroyos manando abundantes
En el circulo astillado de ese sexo
Volver cada atardecer que el la iluminara.
Roberto Brindisi