viernes, 29 de enero de 2016

SIENDO PALABRA


Soy una letra
que fue creciendo
hasta transformarse en palabra
vocablo que me describe
verso ensangrentado que me revela
estrofa que me compone
soy un signo
un símbolo
de la inexistencia de dios
del poder de mi palabra silenciosa
a veces enormemente desfigurada
sin saber lo mucho que deseaba
andar entre poemas alterados
por los terraplenes de unos sueños
en la angustia de unas pesadillas oscuras
entre las nubes de un mar desangelado
soy la palabra
la única nominadora de los tiempos
la que agrega soplo a los escasos segundos
poniéndole venas a los minutos destrozados
tiempo que existe sin contextos novedosos
hasta la muerte de la infinitud
todo teñido por la duración inexorable
de ese paréntesis buscador de otra palabra
la que designe tus formas de mujer hambrienta
raptora de los momentos de lujuria
amante espinosa del polvo de unas flores
boca que recorre el límite de mi país
labios que carcomen mi saliva
manos que desprenden los botones del atardecer
dermis que busca aterrizar sobre mi deseo
todas estas cosas son el nexo de tu inicio de hembra
entrecruzando lo descocido en la sombra del vacío
soy letra, palabra, verso, poesía
que contiene la cosecha de lo que su pluma siembra
sin que lo que soy me expulse al inmenso hastió.
Roberto Bríndisi



miércoles, 27 de enero de 2016

ME REPITO


Sé que me repito
en cada verso sacrificado
en cada estrofa amputada
en las miles de poesías
que vieron las luces del infierno
entre las llamas de múltiples alboradas
sé que me repito
porque quiero perpetuarme
porque descreo de tu mirada odiosa
que no conoce del dolor o la escasa alegría
que hay en cada espacio
de las heridas que se cierran lentamente                                                             
como el retorno en cada época
de la inagotable primavera
de esos pájaros marrones de pino
que han silenciado su canto albino
sé que me repito
con mi boca sobre los bordes de tus labios
en millones de sensuales besos
que succionan las aristas de tu vulva
o se extravían en la punta de tus pezones
erguidos sobre tu tejido espeso
sé que me repito
en cada instante en que se desquician las hojas
o rompe a llorar el desértico océano
imposible precisar si son indeseables
aunque si pretendidos con impotencia
mas no hay modo de saberlo sin esa división
donde multiplico lo que restaba
nunca pensé que me repetía en cada operación
solo que retenía en mi mirada
a un misterioso colibrí que se elevaba
siendo astillas de colores en el cielo
siendo vida intensa en un inmenso espacio
tan de prisa que descoció la estepa de este suelo
solo entiendo que mi cama desolada
tenga las sabanas tristes y desprolijas
en tanto en el interior de mi antiguo espejo
se conservan las salvajes y amorosas madrugadas
Roberto Brindisi

   

sábado, 16 de enero de 2016

SOBREVIVIR


Caí
desde la cima de mi vértice
de ave nocturna depredadora
desde la pérdida del vuelo
que terminó en el suelo bruscamente
gris como los adoquines de la calle
arrolladoramente
en esta caída yo te vi
ya no estabas a mi lado
ni me mostraste tu rostro
solo observe la fractura de tu espalda
quedándote en otro sitio
donde los alambres saben a mentiras
donde los lugares están vacíos
abandonados por lo innoble del silencio
no pudiste ni quisiste poner palabras
por lo que las fronteras de la superficie común
ya no existía desde nuestra prehistoria
sé que me desvanecí
que fui astillando los puentes que tendimos
como también la madera que lo sostenía
estaba carcomida por castores indiferentes
sé que nadie creo el cielo o el infierno
que tanto ellos como el paraíso fueron nuestro invento
nuestra mentira común
religión que nos uniera en la peregrinación
puso a la irracionalidad en el centro
hizo que las pesadillas parieran realidades
que los sueños fueran tan breves como el ocaso
se todo lo que pude recordar
ahora suturadas las heridas
me crecen los vientos derrotando al desanimo
al pesimismo
quiero creer en cada amanecer que hay presente
que se puede levantar cada día el futuro
vivir la vida enredado mansamente
y que los días se escriben sin apuro.

Roberto Brindisi

miércoles, 13 de enero de 2016

DISGRECIONES EROTICAS


Siento mi mano
dormida bajo la almohada
es la misma mano que te acarició
la que se movió silvestre
sobre la superficie de tu cuerpo
es una mano desobediente
cuando no te presagia queda tiesa
no siente el calor de tus deseos
ni el incienso de tu lujuria
no arrumba por tus ríos
es la que se deleita al quedar aferrada
en los bordes de los tajos del averno
sabe del  ardor de sus dedos
cuando se pasean por la punta de tus pezones
por la geometría de tus senos encabritados
mis manos saben del hambre de tus nalgas
han abierto pasaje por esos espacios delicados
no hay un solo poro que no conozca
no hay una sola gota de sudor que no tocara
esa mano también sintió tus labios
fue mordida con pasión por tu erotismo
y luego de tanto recorrido quedo vacía
extrañando el vasto espacio de tus espalda
quedo sin la razón de su existencia
con la voracidad de mujer recostada
si bien su nacimiento no tenía este destino
ahora extraña lo que aprendió en la nocturnidad
cierto es que jamás escucho los estridentes jadeos
ni el llamado de los gemidos blasfemados
no tuvo religión que la contuviera
ni sacristía en la que rezar a las vestales impacientes
no tuvo lo que reclamo en silencio
ni accedió a lo que reclamo con reticencia
por eso esta mano diestra
compañera de una siniestra menos activa
quiere hoy seguir enfrascada en su concavidad
tendida bajo el cojín arrogante
pretensioso en su reclamo de conocer mis sueños
esa mano despertara mañana
moverá con destreza las calenturientas falanges
apretara otra hembra o quizás la misma
es que solo quiere consumar sus apetencias
voraz depredadora de carnes extranjeras
esas que suelen transitar la luz de los espejos
recorrer el despeñadero de las horas
atragantarse con el resabio de tantos minutos
tomar la mano creyendo que es lo que anhela
poder regresar a cada instante hasta la salina
origen sublime de su sed desesperada
que solo puede extinguirse atenuadamente
sumergiéndose en su hombre en cada madrugada.

Roberto Brindisi

sábado, 9 de enero de 2016

AGUA SOBRE LA HERIDA


Llueve
impiadosamente sobre mi soledad
en un atardecer que prefiero no replicar
en un anochecer de amoríos vacíos
en tanto amanece
sobre la superficie accidentada de mi vida
en el sepulcro de mis pesadillas
iluminando los pétalos de mis pájaros vanidosos
en tanto en mi ventana
se ve como se despliegan las palabras
las que embarazan la blancura del papel
dándole vida a los párrafos de estas poesías
asi van entrelazándose las astillas del destiempo
en un espacio de caricias recurrentes
de silencios compulsivos
de reflejos en las vidrieras partidas de mi vida
y soy una sudestada que llega a otra orilla
a buscar el desafío de algún nuevo laberinto
que sume a mis años maduros
victorias que son derrotas impedidas
afectos que son amores errantes en mi lecho
la luz que ya no danza en mi expresión
ni las horas incendian palomas en mis opiniones
mis dedos se han desnudado en varias superficies
intimidando pretensiosamente a la muerte
asi me describo con el auxilio de otros ojos
con la mirada volcada hacia la maleza de mi interior
creo tener respuestas
de este extraño romántico que me habita
nacido en los bordes de un disparo
fatalidad impuesta que araño su calma
que detono sobre su inconsciente
desangrando entre la sombra de los años
el fuego que arrasa los límites de sus decisiones
la llovizna cesa y ya no hay claridad
solo hacer un balance de que furioso fue el daño.
Roberto Brindisi


lunes, 4 de enero de 2016

ANDAR


Desde atrás
desde muy abajo
desde el mismo comienzo de mi infancia
vine arrastrando la perdurable herida
que en el trayecto se convirtió
en un recorrido de ausencias persistentes
desconocida muchas veces
hiriente en incontables madrugadas
hasta ausentarme en las malezas de mis recuerdos
sórdidamente
en otros momentos anestesiadamente
pero siempre en el camino de mis limites
de los múltiples fracasos
de las inenarrables alegrías confesadas
que esparcieron sus muecas en espejos ciegos
en vitrinas de contenidos insustanciales
tan abandonadas
tan arrogantemente carcomidas
como los bordes claros de la luna
hasta percatarme que solo vale el afecto verdadero
el que reflejan los flecos de tu descendencia
o las manos invisibles de la amistad
sin olvidar el espacio con rasgos femeninos
que se torna perdurable cuando hay autenticidad
porque me muerde el alma cuando me engaño
cuando valido los fraudes de una caricia hueca
repitiendo en noches de penitencia
solo el amor desinteresado sanará los cielos
dejará que la lluvia sea una bendición
porque las gotas de emociones buenas
inundaran los huecos de esa distancia irregular
sellará los cortes de mi sangre
borrará para siempre las carencias
despertaran los silencios nuevos
que crecieron al costado de mi sombra
y sellarè el pacto con alguien semejante
entre su gemido placentero que me nombra.
Roberto Brindisi

   

domingo, 3 de enero de 2016

ALERTA VITAL


No me ganará el miedo
ni anidará en mi alma
no será árbol perdurable
ni dará sombra en este enero
no lo hará
vaciaré las fuentes de pesares
intentaré acarrear el agua del deshielo
hacia la esperanza que como hierva nueva
crecerá en los amaneceres
en los espacios planos de estos días
entre los límites de un silencio impaciente
es que haber gastado tanto tiempo
en muertes propinadas por la espalda
sabe a revancha en la vida
mi decisión de seguir apostando mariposas
a los atardeceres lúgubres de gorriones
creyendo percibir que está rondando
la sustancia de una hembra a la medida
de los deseos de mi estructura desgarrada
que viene con jazmines de pétalos transpirados
se acerca lentamente a mi piel ardiente y lacerada
toma las ausencias de mis manos en ayuno
se sumerge en mis ríos de piel humana
hasta dejar que su boca sea el puerto
donde poder atracar mis labios sensuales
alienta con su mirada envanecida
lujuriosa y atrapante
los espejos de mis  cuencos aguerridos
las paginas delicadas de mi biblia voluptuosa
en la que adentrar el cuerpo desnudo de mentiras
sin las cadenas invisibles de una moral enmohecida
nadaré en los ríos nacidos de  tus múltiples orgasmos
como una balsa varonil hecha de horas
de instantes, de minutos plagados de aguardiente
y  recalaré en tu muelle de tajos sonrojados
hasta que el alba quiera parir una poesía
un poema de letras ignorantes
un suspiro de vida en alerta permanente.

Roberto Brindisi