viernes, 31 de julio de 2015

UN TIEMPO NUEVO


La jauría de este mes
frio y extenso
hoy se marcha rengueando
se va sin equipaje renovado
solo una mañana triste lo lloró
pero pudo ver con sus propios ojos
cuanta soledad hay en este espacio
un vacío cruel de vidrio empañado
de perchas como pájaros sin plumas
pudo ver mas no miró
se va como ha llegado
huérfano de minutos alegres
pérfido con su miserias exuberantes
así fueron sus treinta y un días
grises como el cabello de un demente
solos sus putas pintarrajeadas
alegraron estas noches largamente gélidas
agosto
como tu continente, vida
no quieren mostrar sus sensuales alas
como mariposa de una noche multiplicada
que suele arrastrar las hojas infecundas del poemario
escrito por los suspiros inmanejables
de ese convencional tiempo que creamos
como esa infinita agonía que es la nada
cuando no hay esperanzas de que irrumpas
deseando que se desborden los límites del placer
que una mano tuya,
aún diáfana incógnita en mi mente
despelleje los poros de mis abandonos
incineren las corazas de días incurables
recorra con sus labios las letras vivas de mis poemas
afiance mi equilibrio cargándolo de deseo
en este nuevo intento que aún no tiene plazo
poder postrarme ante tu inocente pubis
mientras arde el atardecer sobre tu espalda
y llueven los gemidos en un pronto ocaso.
Roberto Brindisi



ME SUCEDES EN SUEÑOS


Instantes torpes
que perforan el sonido de la lluvia
cayendo en el techo de mi sueño
agua escurridiza
por donde navegan las palabras que no he dicho
las imágenes que no he compartido
trazo ante mis ojos el grosor de mi mirada
porque habrá momentos en que me cuente los silencios
evoque la efigie mordida
por los perros de la aflicción
sin un ladrido sordo
sin más memoria que un nombre que olvide
en aquellos arrabales de la vigilia
cortante
descontrolado
como una mala pesadilla
donde la tormenta viene a mi puerta
trayendo un sinnúmeros de letras apiladas
para que componga un apodo como ángel inservible
me resisto a ser un dios creador
que en el sopor de mi inconciencia
saque la costilla primigenia
le de vuelo a algo denominado mujer
cuando poco espero para no desilusionarme
cuando despierto
crédulo
ingenuo e infantil
de que lo que deba pasar inevitablemente acontecerá
y por este espejo colmado de lujuria
transcurre tu caída dentro mío
sobrepasándome
sin que me atreva a detener el rio
a sellar lo erguido de esos pezones
punto cardinal de unos senos geométricos
me voy dando cuenta que ya no soy más que un adentro
que todo mi exterior fue apropiado
por unas manos descubiertas
por unos labios insurrectamente rojos
mas me rindo en un sueño despoblado
Roberto Brindisi


miércoles, 29 de julio de 2015

SI TU SOMBRA…


Tu sombra me urge
en esta medianoche vacía
por donde caminan los huérfanos
en busca de una caricia escondida
por donde arrastran sus carnes
aquellos abandonados
que sin poder mirar atrás
cargan una vida perdida
y de pronto la bruma se abre
entre palabras no dichas
entre silencios maduros
entre letras viejas carcomidas
milagrosamente aparece una estrofa
huele a recién nacida
como un bar que abre sus puertas
en una larga letanía
tu sombra me duele
entre mis manos inertes
dibujando unos dedos como rocío
que acarician tus partes
cargando la sed entre tanta muerte
se devoran los ojos
que en su torpe ceguera
sabe que no hay soledad que este sola
ni silencio sin murmullo
detrás de unas barricadas
desate unas húmedas quimeras
teñidas de colores como un clamor
esos que supe escuchar en mi vigilia
nacida entre vulgares pesadillas
fui deshojando la formas de tu seno
definiendo las líneas de tus labios sediciosos
asaltante furtivos de mi boca en llamas
incrédula entremezclando la geometría
desatando los días que se desmoronaron
entre el fuego de tu nombre ignoto
en las pisadas de tu figura desnuda
fui tatuando el espacio por donde dormías
como un pájaro con las alas ateridas
finalmente fuimos poesía enardecida
que se transforma carne de lujuria cruda.
Roberto Brindisi






miércoles, 22 de julio de 2015

VIDA INTENSA


Miro
como cae despedazada
la tardía tarde gris
en trozos desmenuzada
miro por la abertura de mi ojo ciego
el que ve pasar solo pretéritos
el que no quiere ver mañanas
el que seducido por la muerte fría
dejo de ser un órgano siendo un refuerzo
y en ese mirar veo la plaza
cubierta por un todo engañoso
puedo presentir la próxima jugada
cae un pedazo de nada puntiaguda
que perfora a la completud mentirosa
abriéndole paso a la imperfección
a lo más humano que es el yerro
ese momento de desconcierto vital
emerge por las aristas del anochecer tu silueta
al menos creo verla
es que después de tanto descreimiento
se hace difícil palpar un piel despojada
desnuda
cubierta solo de deseos incendiarios
y en esa extraña argamasa que es la vida
se puede mirar la miseria vagabunda
como lleva podada sus ramas de jilgueros
como le crecen las telarañas de la indiferencia
pero recurro a mi intento de bardo ebrio
para pintar
lo que mis sentidos embotados me dictan
unas bellas piernas de mujer que me atenazan
la promesa de una boca implorante de virtudes
el rasguño de unas uñas que certifican un orgasmo
su lengua que pinta mi dermis con gotas de humedad
un pubis angelado entre mi cuerpo en llamas
un entrelazado abrazo casi mortal
en el borde espinoso de mi lecho extenso
una promesa de regresar cuando mi verbo lo reclame
cuantas cosas se puede arrancarle a la muerte
cuando herida de muerte vive lo intenso.
Roberto Brindisi





NO HABRA OLVIDO




En este espacio
no hay aliento presente
solo quedan pétalos como balas
de rosas mustias añejadas
solo el quejido de un gato dibujado
en la pared de mi espejo
en la luna de mi piso desflorado
el que aun extraña las desnudas pisadas
que transitan en horas antiguas
las parroquias de algunas madrugadas
solo el olor a alcohol desvencijado
de tabernas nocturnas lacrimógenas
solo queda o solo espera…
aun mi pluma no lo sabe
ella hace semanas dejo de disparar
versos incendiarios
vocablos tentadores
palabras cadavéricas
párrafos de lujuria extemporánea
mi pluma y mi mano saben
que no hay nada mejor que descorrer la sabana
de un lecho que mil veces perdió su virginidad
nada hay como saborear vorazmente
las partes que una hembra entrega
como en viejo tablero de ajedrez
sabiendo que tomara las piezas claves
porque las manos femeninas abastecen labios
bocas humedecidas de extenso placer
ignoran si serán retratadas en algún papel
se valen de la sabiduría de unos tajos humedecidos
absorbentes y atractivos
tajos que lejos de ser herida son balsamos
lugares que como trincheras
esperan se sumerjan los soldados de mis manos
la lengua afilada de mi deseo
la dureza de un enunciado de mi hombría
sin pereza alguna
sin piedad por los rugidos de esos clamores
entiendo que en otro nombre
en una silueta semejante a tantas otras
vendrás a complacer la bruma de mi destino
afilaras las astillas de mi silencio
enterraras la pesada hipoteca de mi soledad
dejaras que sonrían las babas de mis demonios
y danzaras con tus curvas despellejadas
como enajenada criatura
en lo que sobra de esta noche oscura
con las primeras gotas de una alborada
lloraras en silencio la despedida de la angustia
volverás a sentir el tiempo extinguido
ese que se robó las horas de una falsa alegría
y en ese mismísimo sitio
entre complicidad de almas perdidas
los dos finalmente recuperaremos el olvido.
Roberto Brindisi