lunes, 3 de noviembre de 2014

DERROTERO


En el primer instante,
cuando fui parido,
la parca me susurro
que lo que le falta es el olvido,
desde ese intervalo la cobije
mil veces en mis oídos
hasta amigarme con la vida
con el placer, el humo y el vino
entendí que hay un sendero
por el que recorrer mi camino
que nunca seria de ida
sino de atajos más laberintos
que se puede llorar todo un día
pero los pasos más firmes se dan
echando abajo el cerco tendido
quise emerger una noche
esas de lunas tan nuevas
que me deslice por tu dermis despierta
entre tanta soledad de varón
por pelarle a los molinos silenciosos
pude empezar a entender
que el amor, el placer, el deseo
sumado al sexo sin inhibición
me regalarían los mejores momentos
en este círculo del purgatorio
ese símbolo oscuro a descifrar
fragmente en la interpretación
mi lengua porteña en tu boca sabia
en ese umbral del querer
prepotente en su figura
reflejo de tantos amaneceres
en el que tu soledad en mi continente se perdía
aprendí desde abajo
como se alcanza la altura de tu cuello
como hay territorios invictos
que adivinando en la oscuridad
puede descorrerse el velo
y en un nuevo orden de las horas
como la parsimonia de las cosas
durante nuestros interminables derroteros
también en lo voluptuoso uno se enamora.

Roberto Brindisi

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