martes, 8 de mayo de 2012


ESCRIBO


Escribo
Pensando siempre en la vida,
Preludio de la muerte,
De la máxima soledad imaginable,
Del negro hueco del vacío,
De la desintegración infinita,
De la ausencia de dioses salvadores
O de diablos esclavizantes,
En los dos lugares donde el placer
No tiene espacio,
Ni el deseo puede desplegar sus alas,
Por eso escribo,
Con la firme esperanza de que los poemas
Sean duros como balas,
Que infrinjan la puñalada letal a la parca.
Escribo
Diluyendo mis besos en tu perfil,
En la superficie de tus labios carnosos
Desde donde me aferro para no caer
A la escalera resbalosa de mis temores,
Que me lleva al hueco de mi cerebro,
Profundo,
Sin final,
En esa nada angustiante,
Donde ni las lagrimas de los padecientes
Se conservan,
Simulacro de algo indescifrable
Tanto como lo insondable de tu mirada,
Del resplandor nocturno en mi ventana,
De esa entrega tuya apasionada.
Por lo tanto escribo,
Como única manera de poner sordina
A los gritos de mi existencia,
Mientras veo como se tiñe con tu cuerpo mi cama
Como se llena de tu figura mi recatado espejo,
Como escapo hacia la vida por tu cariño,
Entre tus múltiples orgasmos sin escamas.
Escribo,
Me entrego a la escritura,
Con las manos callosas adormecidas
Pero con la esperanza en la punta de mi barrilete.
Escribo y creo dioses
Entre estrofa y estrofa,
Ambicionando ser yo mismo eterno,
Darte la vida enteramente,
Para que me acompañes entre mis letras,
Me alcances los silencios arrugados
Agitando las aguas estancadas
Y con tus orgasmos como salmos
Nos adueñemos de la utopía enamorada.








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