lunes, 30 de abril de 2012

RECORDANDO MAÑANAS

Dices que me recuerdas
Sin saber bien de donde,
Dices que te sueno a música
De batallas anteriores,
Que sumergido en la trinchera
Pude haber curado tus heridas,
Crees que fue en un camposanto
De amores imposibles
Donde irreconocible terminan
Aquellos huesos nunca redimidos.
Se que alguien estranguló mis lunas
Mientras las letras giran insidiosas,
Posiblemente fue tu mano suave,
La de mujer incontenible en esas noches,
Las de horas que pasan insomnes
Sin relojes que controlen tanto desenfreno,
Por el sabor de tu mirada verde oscura
Me entrego a creerte sin reproches.
Estamos casi seguros
De algunas cosas del pasado
Ocurridas en el pueblo de este cuarto
Detrás de la polvareda del tiempo seco
O del espacio recientemente acotado,
Con la vivacidad de tu espalda
En lo intenso del calor de tus océanos,
Oleajes de intenso candor,
Mar calmo de baldosas terracotas
Cuantas cosas pueden haber acontecido
En los abriles despedidos con dolor.
Nos parece recordar más claramente
En la apertura lenta de tu puerta,
En las sensuales entrepiernas de mi atisbo
Por donde mis dedos atrevidos
Desovillaron este sexo después de tanto deseo,
Sabiendo que se asomó el sol
Por las hendijas traviesas de estos cuerpos,
Haciéndose la noche oscura
En los tajos férvidos mojados en alcohol.
Es bueno el recuerdo
Cuando existe el presente,
De amanecer silencioso compartido
Entre números que dirimen espacios,
Geometría que recorta en línea recta
Los susurros de la alborada nueva,
Cuando llueven vocablos soeces
Sobre el tejado de nuestros oídos,
Garúas permanentes de abstracciones
En estos techos de chapas negligentes,
Doy gracias a la Virgen de los días nuestros
Por tener mi ansiedad entre tus oraciones.
Mañana quizás recordemos…  








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