martes, 3 de abril de 2012

DECIR QUE NO


Dices que no,
Que no crees que un poema
Cuente de pájaros desangelados,
Ni de mariposas de mas de un día,
Ni de pequeños colibríes blancos
Que revoloteen en tu limonero,
Así como no crees que se pueda amar
A un juglar solo por su alegre melodía.
Dices que no,
Que los poetas no pueden soñar
Las cosas que aparecen en sus pliegos,
Que no dibujan en su mente ninguna sombra
Ni curvas espectaculares o peligrosas,
Ni bailar a la luz del vino
En la entrega de tantas letras,
Ni abocetar la tarde del que regresa
Entre los círculos coloridos
En un lugar de amores de posguerra,
Que no romperá los bordes
Ni los puntos suspensivos
Bardo de poca monta con versos sin hombreras.
Reniegas de lo que pueda escribir
Que son cosas sin trascendencia
Que nadie ira a una guerra por esta estrofa
Pero si se que se pueda ira al amor
Por lo que dejen mis versos en esencia.
Que no,
Vuelves a repetirme
Mientras desnudas tu nombre frente al espejo,
Tiendes tu desesperanza sobre mi cama,
Desarmas cada poro de mi espalda
Entre los dedos alargados de tu mano,
La misma que hará milagros
Entre los jadeos de luna nueva
Sabiendo que tu descreimiento no ira muy lejos.
Que si,
Que te susurre aquel poema,
Ese, en el que florecías entre mis placeres,
Ese en el que te rearmabas como hembra en vilo,
Ese que tanto creo arroyos entre tus piernas
Fecundando pimpollos en tus labios,
Ese que ahora escuchas atentamente
Mientras te desvaneces del espacio,
Entregándote a esa poesía a la que perteneces
Como amante pensada quedamente.
Que si,
Que siempre has creído en la rima
Aunque mis trovas armonicen poco,
Que te sientes sensible pujando entre estrofas
Como sensual y ardiente amante
Que suspira por una trinchera en la cima.
Entre creencia y negación
Lo que si entrega la soledad,
Esa rústica mueca de la vida
Es la inmensa posibilidad
De decirte cuanto es lo que te quiero.


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