domingo, 15 de abril de 2012

MIS LAPSOS



Por un momento,
Solo por un instante,
Me pareció que mi poesía
Pulverizaba aguerridamente a la muerte
En ese lapso
Vi caer decepciones añejas,
Soledades adheridas perpetuamente,
Miserias creciendo en las pupilas de mis ojos
Vi como sucumbían las paredes del vacío,
Como ardía la hoguera de algún suicidio
Fue muy escaso
Pero me convencí de haberte visto,
De haber puesto palabras a lo largo de tu cuerpo,
Entre tus manos delicadas,
Las que multiplican orquídeas liliáceas,
Haber robado verbos de tus labios,
Gritado en silencio el amor en tu oído,
Decir que morirías en mi última alborada.
Digo que en ese fulgor,
En el resplandor más elemental de mi incredulidad
Desplegó sus luces la mujer,
La hembra sensual de la infinitud,
La que me estimuló a ver el punto,
La partícula irreal de este remolino
Ante sombras carbonizadas por tus dedos,
Y creí, si, creí
Que la noche se derrite
Cuando nos juntamos frente a la lámpara
De luz tenue de tu cuarto,
Cuando nos deshojamos de prendas,
Vemos germinar nuestros latidos,
Sentimos como se deslizan las gotas del sudor
No el bíblico de la frente,
Sino el más mundano de estas pieles,
Deseosas de sepultar por siempre
Las batallas que nos produjeron cicatrices
En la palabra, en otro tiempo
Cerrando poco a poco esos recuerdos,
Creando otros nuevos mucho más perdurables
En este futuro que es ahora,
Vemos que somos dos silabas inseparables
Tanta oscuridad,
Tanta presencia de las sombras y los filosos bordes
Debió de entregarnos el tiempo
Para que este lapso,
Este pequeño intento
Que se da entre el nacer y el partir,
Me permita sentir que fue necesario todo eso
Para que fueras palabra que remite a rosas
En este intento fértil de ambos por vivir.

    

    

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