sábado, 12 de mayo de 2012


SUEÑOS Y VIGILIA

En la calle
De mis primeros quince minutos,
Vi transitar muchas cosas que hoy no recuerdo,
Se que pasó volando un clavel
Persiguiendo el aroma de algún colibrí,
Se que las mayólicas eran borrosas,
Como la graduación del alcohol
Que tomamos en el boliche aquel.
En esa misma calle,
En un carnaval perdido,
Vacíe lentamente una cala desasida
Que nunca supo de tus labios humedecidos
Ni del calor ardiente de tu superficie,
Continente tropical y voluptuoso,
Recorrido por la delicadeza de mis dedos
Demarcando la belleza de tus formas
En los límites mismos de lo irrespetuoso.
En la esquina
De mis emociones cristalinas,
Se escapa la angustia, el silencio y la soledad,
Puñales que en domingo te desangran,
Hasta que al nublarse la vista
Quiero despertar de madrugada
Al ver mi rostro reflejarse en algún charco
Desbordante de lágrimas imprevistas.
Tuve la valentía
De correr las fronteras de tus piernas,
Entre susurros de humareda alborozada,
Entre las dudas de miradas complacientes,
La de esos ojos nuestros
Que ponen la chispa carente de ingenuidad,
Haciendo naufragar cada torpeza
O encallando en el golfo de tus senos
Mujer encendida en este anochecer
De sabanas que caen con entera pereza.
Ahora
Que escucho a Serrat,
Sabiendo que la fiesta un día termina,
Te sueño enteramente por las noches
Entre los lugares profanos de jadeos y gemidos,
Me destemplan las gotas de humedad,
Que en este cuarto de parque centenario
Me ilusionan cuando me creo algo dormido.
Afuera
La calle ya ha sumado bastante tiempo,
No me examina en mi lento caminar
Ni le vuelve hablar de mí la luna plena,
Solo se que sigo siendo el símbolo
Creado por el corazón del atardecer,
Que la nada no tendría significado
Si en la espesa vigilia no te entregas mujer
A este encuentro sensual enamorado.





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