lunes, 25 de abril de 2011
POESIA MERECIDA
La miro,
Son las últimas horas
De este domingo por la noche.
Cronología,
Pura y total cronología,
Es lo que me revela,
Lo que hace que sienta
Que no estoy compuesto
Solo por irritantes segundos,
Tengo en mis manos mucho más,
Pero tampoco tanto,
Tengo la sensación de tu rostro,
La humedad de tus labios,
El aroma perfumado de tu piel,
Un libro donde Ortiz me susurra poesías,
Tengo los dedos pegados a los tuyos
Y una sensación de quererte
Como quizás antes no quise.
La vida entera vale por ese instante,
Por saber que he querido, amado
Porque intentare que sea para siempre,
Porque me he propuesto atravesar
Las barreras invisibles de lo temporal
Y aparecer en el olimpo centenario
De este parque, tuyo atestado de gente extraña,
Infinidad de gente, de ojos, de andares
Que no llevan a ninguna parte
Porque al recostarme solo existes tu,
En el misterioso encierro de mi imaginación,
Allí en ese espacio
Resplandeciente de vocales y diptongos,
Completo de peces que alumbran el océano
Mientras el vacío se hunde en una mirada imposible,
O tus palabras en mi oído me recuerdan
Me hacen hombre de una noche terminando
Te hacen hembra del comienzo de otro día
Y los dos allí, nunca solos
Porque nos acompañan nuestros hijos,
Nuestros nietos, la inmediatez y la eternidad,
Te alcanzo la flor del último jarrón,
Me dices que todo tiene un significado,
Concuerdo sonriéndole a un espejo de esta habitación,
Miro como lees concentrada las últimas letras
Del libro azul de mi peregrina alma,
Sabes que nuestro pacto será cumplido
Hemos de vivir ese gran amor que nos debíamos
Gastando los colores y tus pinceles
Devastando cada palabra mía que entre en poesía,
Sabes porque somos gente de palabra,
De amores en cualquier tiempo
Pero solo a quien es correspondido
Que la noche termino y la madrugada recién empieza….
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