viernes, 8 de abril de 2011

CUANDO EL AMOR DESPIERTA

Luz,


Lo primero que veo

Al despertarme hoy.

Después una cama deshecha,

La mesa de luz en pleno desorden,

El piso que sostiene a Nietzsche,

Que anoche me contó del preludio,

De la lenta agonía de un dios muerto,

Dejo la imagen de los muros demolidos,

De una idea humana engañosa de la deidad,

Tan importante que la cambie por tus senos,

Si Jhave ha muerto me consuelan tus labios,

Si la verdad es imposible me desagravia tu desnudez,

Si todos mis libros dijeran algo cierto

Apagarían las llamas de este incendio imaginario.

La luz es complicada,

Me resulta difícil entenderla,

Reparo en que me has llamado a disfrutarla,

Mientras suena de fondo la voz de Joaquín sabina,

Quien le canta a la virgen de los vientos,

Y regresa a mi tardía memoria

Lo que apuntaste de no quedar adherido a nadie

Aun la más amada,

Que toda persona es una cárcel,

Como es también un rincón oscuro,

No te adhieras a ninguna compasión,

Mira como navega la barca en el océano picado,

Mira como se elevan las alegres gaviotas,

Mírame sonreír sobre tu humanidad,

Como si se hubiera detenido un ave marina

La historia minúscula de estas horas

Recoge los pedazos de tiempo y de ratos

Como levantas las prendas esparcidas

Por la habitación naranja de nuestro cuento de hadas

Miro la luz nuevamente,

No se si estas presente,

Sí, aún tú aroma delicado,

El cenicero sobre una pira de revistas viejas,

Yo comienzo a desorganizar mi agenda,

Mis viajes extensos y desordenados

Por el laberinto de mi existencia,

Mitología de animal impuro asesinado,

Me remiten a la música en su más pura esencia.

Sueño entredormido,

Que te tomo de la mano en la vigilia,

Te cuento de los colores del olvido,

Del frio extremo de las soledades,

De la sensación terrible del vacio,

Me amparo en tu nítida indulgencia,

En las sabrosas humedades de tu cuerpo,

En las palabras que me devuelven el sentido,

En las miradas que disparan inocencias.

Allí me despierto

Veo como penetra la luz

Como se hace claro todo lo ennegrecido

Siento que no ha sido solo un sueño

Que quien me observa atentamente

Eres tu, mi amada, la que ha venido.

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