Ayer vi una rosa china
Que desmantelaba mi mirada,
Pétalo a pétalo cayeron mis lágrimas
Sobre un suelo plagado de alboradas,
De tanto observar la nada
Fui quedando ciego de luces,
Supe que hay pájaros de once alas,
Que surcan el aire en siete noches,
Son como calendarios a los que les falta un mes
O a los que les sobran días,
Los que mezquinos de horas, minutos
De segundos etéreos e infinitos,
Me traen tu rostro de princesa asturiana
Con sus ojos grandes, verdes y astutos.
Así he elegido no fenecer jamás,
Promesa que hemos hecho
Mi dama septembrina,
Y quien empuña los versos de esta tarde,
Cuando escribir cualquier poema arde,
Por la urgencia del trazo de tus labios,
Pliegue que son como los bordes de muchos precipicios,
Esos mismos lugares que en sus inicios
No develaron donde esconde dios el secreto del amor,
Hasta que aprendemos que somos dioses,
Nos es develado que el amor se esconde cuando no existe,
Cuando abunda enteramente la carencia de afecto
Y vuelve a pasar el pájaro de las once alas,
El del pico cáustico,
El que supo jugar conmigo
En los atardeceres de Chacabuco,
Lugar que elegí para nacer en un tórrido febrero,
Hace ya tanto que el agua del estanque se secó,
Olvido las promesas que me hizo,
Cargue mis alforjas con tréboles de tres hojas,
Hasta casi quedarme sin estos los mismos,
Y tú en un domingo especial,
Me mostraste que guardabas
En el alhajero familiar una flor de cuatro partes,
Que no siempre volar es elevarse,
Ni correr llegar mucho más lejos,
Que recorrer palmo a palmo tu cuaderno,,
Detenerme en los renglones afilados,
Mirar la tapa y contratapa sin su forro,
Poder entrar en las fuentes de la sabiduría
Conocedor omnímodo de mi ignorancia,
Devorarme los límites de tus pueblos
Que como bocas, besos y senos
Me surgían en el prepotente sendero
Mientras por la ventana una sábana descubría la luna
Amor que no me develaron sino que elaboramos
Entre agujeros, variadas sombras
De noches guerreras presumidas de sexo,
Ahora, en esta larga nocturnidad
De amores encontrados y poesías en algarabía
Encuentro en el fondo rojo de esta isla
Que te amo como pocas veces podría.
jueves, 8 de septiembre de 2011
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