jueves, 8 de septiembre de 2011

EL AZUL DE MI ROSA CHINA

Ayer vi una rosa china


Que desmantelaba mi mirada,

Pétalo a pétalo cayeron mis lágrimas

Sobre un suelo plagado de alboradas,

De tanto observar la nada

Fui quedando ciego de luces,

Supe que hay pájaros de once alas,

Que surcan el aire en siete noches,

Son como calendarios a los que les falta un mes

O a los que les sobran días,

Los que mezquinos de horas, minutos

De segundos etéreos e infinitos,

Me traen tu rostro de princesa asturiana

Con sus ojos grandes, verdes y astutos.

Así he elegido no fenecer jamás,

Promesa que hemos hecho

Mi dama septembrina,

Y quien empuña los versos de esta tarde,

Cuando escribir cualquier poema arde,

Por la urgencia del trazo de tus labios,

Pliegue que son como los bordes de muchos precipicios,

Esos mismos lugares que en sus inicios

No develaron donde esconde dios el secreto del amor,

Hasta que aprendemos que somos dioses,

Nos es develado que el amor se esconde cuando no existe,

Cuando abunda enteramente la carencia de afecto

Y vuelve a pasar el pájaro de las once alas,

El del pico cáustico,

El que supo jugar conmigo

En los atardeceres de Chacabuco,

Lugar que elegí para nacer en un tórrido febrero,

Hace ya tanto que el agua del estanque se secó,

Olvido las promesas que me hizo,

Cargue mis alforjas con tréboles de tres hojas,

Hasta casi quedarme sin estos los mismos,

Y tú en un domingo especial,

Me mostraste que guardabas

En el alhajero familiar una flor de cuatro partes,

Que no siempre volar es elevarse,

Ni correr llegar mucho más lejos,

Que recorrer palmo a palmo tu cuaderno,,

Detenerme en los renglones afilados,

Mirar la tapa y contratapa sin su forro,

Poder entrar en las fuentes de la sabiduría

Conocedor omnímodo de mi ignorancia,

Devorarme los límites de tus pueblos

Que como bocas, besos y senos

Me surgían en el prepotente sendero

Mientras por la ventana una sábana descubría la luna

Amor que no me develaron sino que elaboramos

Entre agujeros, variadas sombras

De noches guerreras presumidas de sexo,

Ahora, en esta larga nocturnidad

De amores encontrados y poesías en algarabía

Encuentro en el fondo rojo de esta isla

Que te amo como pocas veces podría.

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