jueves, 16 de noviembre de 2017

HOY NO DURA ETERNAMENTE


Momento de abrir la ventana
correrle el velo a la oscuridad
darse cuenta que el día agoniza
dispararle sin temor a la tenebrosa noche
juntar los pulgares uno con otro
la angustia no menguara por si misma
ni han de florecer las risas entre tanta perversión
cuanto añoro el tiempo del vuelo de las aves
esos graznidos grises vertiginosos
hurracas que arrasaban con la altamar
 ya no quedan prados por dividirse
ni arena que oculten nuestros pies
todo parece una mala versión de un tango antiguo
cuanta pena se siembra a cada instante
cuantos ojos se resecan en el penúltimo olvido
pero no apruebes no recordar
no rendirse es la clave de esta batalla eterna
enterrare los apellidos de los infames
más allá de las fronteras de algún sitio aberrante
hoy un anciano tendió una mano bajo la tormenta
el aguacero derritió sus falanges de deseos
perdió sus palabras que mencionaban esta hora
las amapolas parecen querer nacer en otra infancia
sé que con pronunciar agua en torrente no me mojaré
pero la guardaré en la memoria porque me pertenece
porque fue nuestra hasta que borraron el oasis
habrá vientos demenciales que nos convenzan
sobre el derecho a imaginar la vida plenamente
una brisa blanquecina recordara las noches de lujuria
no habrá desaparecido el amor ni la pasión
solo un paréntesis de agonías de ruidos sordos
hasta que los dioses que nacen desde abajo
hagan que suene los truenos de los escarmientos
mientras tanto mis espejos guardan las formas
de mujeres enardecidas en alboradas pasadas
de gemidos adultos en cara  inocentes                                                                                                                     
hay tantos laberintos guardando nuestros sentimientos
Roberto Brindisi



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