martes, 5 de diciembre de 2017

COMIENZO MUJER


Me miras                                     
desde tus mejillas verdes
te pregunto de dónde has venido
he cavado una trinchera en mi vereda
solo unos pasos de antaño pueden atravesarla
y tus pies están bajo mis sabanas
despellejados si los caminos de mi cuarto están vedados
del pudor incandescente
miro la mañana que ya no existe
como no existe el sol, ni el cielo ni la tierra
solo un vacío de agua bendita
en el que nos deslizamos sordamente
tus parpados depuran una lluvia cristalina
trance inevitable entre la sequedad y el diluvio
mas Noé es solo una fantasía bíblica
en búsqueda del absoluto atravesados solo por silencios
vuelves a observarme con tu mirada desprejuiciada
descubro que lo último no es la suma de lo anterior
fragancia de unas hortensias desplegadas en el jardín
pecaremos de promiscuos extorsionadores del alcohol
hasta embriagarnos de olvidos merecidos
mecerás mi piel extendida a voluntad de tu lujuria
me entregas desnuda las frustraciones de tu sexo
te desvistes de las escamas que poblaron tu pubis
la extensión de esas piernas son extremos de este abanico
en tanto mis besos tórridos caen sobre tus poros
pienso en la inexactitud de mi memoria juvenil
en las heridas que pujan por abrirse derrotero
el atardecer  comienza a poblarse de adjetivos
las palabras fluyen incontenibles
pero ella no emite sonido sola el mutismo
debo ser yo con este manantial de verba incontrolable
pienso que la existencia no es más que la aritmética del instante
y vuelves a mirarme con los cuencos vacíos
con esas nubes rosadas a punto de caer
serás tinta desconsolada que busque extenderse
en mis sueños múltiples de jadeos invasores
seguramente eres el comienzo de un poema de mujer.
Roberto Brindisi


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