domingo, 15 de noviembre de 2009

LA TARDE QUE VIO LA VIDA




















La tarde se fue partiendo
No era una tarde cualquiera
Sembrada de fuertes ojos
Con las lagrimas bañando el patio
Asi mi tarde no tuvo quien la quiera

No le toco un entierro en orden
Con jazmines oliendo fuerte
Con brazos trepando cuerpos
No, a ella le paso otra suerte

Mi tarde fue tarde desgarrada
De pesares sin pesadillas
De sueños sin soñares
De espacios acotados sin superficie
De geométricas bondades
De casuales o causales enredos
Asi fue parte de ese preludio
Que luego seria la larga noche

Se que salio de esta forma
Porque el poeta quedo dormido
Sin poder enmendar los versos
Que la pluma sola desgarraba
El papel quiso ser insurgente
Negarse a recibir esas letras
Repudiar esas asonantes sueltas
Más quiso el destino entonces
Que el pergamino fuera su piel quemada

Se que se trato de amores
Se que una muchacha paseo bajo sus luces
Que vio nacer la esperanza
En aquel desterrado de la existencia
Aquel que tras unas pestañas locas
Ato su suerte a la bondad de la danza
Se que la tarde quiso verlo todo
La niña se negó a ser pasajera
Deseo el amor como destino
O arder en el infierno fuera
El empezó a amarla en la tarde del veintiocho
Y tal fue la determinación
De aferrarse al madero de la vida
Que nunca quedo atrapado en esa tarde sola
Se le develaron las noches, las mañanas
Y multitud de atardeceres nuevos
Pero nunca volvió al primero.

Que noche la de esta noche
Nació con la raíz quebrada
Nació sin ancla en la caída de la tarde
Nació para morir en esa madrugada

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