A la salud de tus demonios brindaste
brindisi mio, por años
Despojado de mañanas y de tardes,
noche eterna adormecida, sin aliento
ni fe, ni esperanza ni destino.
Cómo quisiera calmar tus ansias
en mi pecho
cada vez que reaparezcan.
Blandí el machete esta vez
como aquellas otras.
Para espantarlos para siempre,
que para siempre, ahi estare.
Miriam- 12-04-08
sábado, 12 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario