He vivido el sueño
Como mi segunda vida,
Como tantas vidas donde me muevo,
Donde pude correr el espejo anticuado,
Ver las sillas de maderas en distintas posiciones,
La sensación de tiempo abolido,
Confundido a veces en sus direcciones,
Las agujas del calendario que van y vienen
De adelante hacia atrás,
Como del costado hacia el centro
Buscando la espiral que las ordene
O el laberinto que hieras sus lapsos
Hasta ver como se desgarra el anteúltimo momento.
Hay días de noches estrelladas
En las que bajo sin hacer ruidos estrepitosos
Me instalo en la sala de espera de lo onírico
Y veo con la cavidad vacía de mis ojos
Que no hay nada, tan solo un soplo brioso.
De pronto sin ser siquiera el día,
Con el sol rompiendo la paz de la mañana,
Hecha de tanta niebla y de tanta ausencia,
Veo que viene caminando tu silueta
Que desnuda se empapo de vigilia
Hizo trozos con el ardiente zigzagueo
Mis versos que en sueños se deleitan con las tetas,
Y mientras tanto vuelan las alondras calcinadas
Con sus alas desplegadas en el cielo
Conmigo armando mis lugares,
Los secretos,
Los taciturnos,
Los volcánicos,
Los enfurecidos con el sexo,
Que remiten a alboradas de amor,
Cuando voy armando mi boca con tus besos,
Dibujando con los dedos tus labios,
Que se entretienen en decir palabras obscenas,
En perseguir escenas imaginadas
O pertenecientes a otros sueños,
Sin la cordura, ni la sensatez
De refrendar las normas perimidas,
Enteramente con la nada revestida,
Que enceguece alguna extraña timidez.
La nocturnidad me regala una luna en mi cuarto creciente,
Abro levemente los ojos,
Miro a través de la ventana,
Remonto prestamente los sonidos
De mi larga cometa enamorada.
Ahora solo queda una gota de tu sudor,
La última que me regalo un gemido,
La partícula que entre tanto caos y ardor,
Da vueltas buscando el lugar donde dormirse,
En el pleno foco de mi valentía,
De gorrión herido en mil estratagemas,
De animal carnívoro de cada una de tus partes,
Viviendo en los sueños propios de este día
O en los apropiados con algunas malas artes.
De pronto ya no hay tiempo,
Solo queda tu gota de sudor,
Que se renueva eternamente,
Y el sueño es perenne…
domingo, 12 de junio de 2011
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