martes, 17 de julio de 2012


HACE TIEMPO
 
Hace tiempo
que vengo caminando,
unas pocas veces pude volver sobre mis pasos,
mas siempre tuve que seguir
buscando respuestas a los innumerables porques.
En ese sendero
de agobiadora estrechez
o de espacio amplio,
cuando el filo cegador de los minutos
pretendían que no alcanzara a verte
ni pulverizar los rosados pezones
en forma de gruesos clavos
que se insertan en mi lengua lasciva
desmigajando verdades y razones.
Todo ese tiempo andando
por los bordes delicados de tu matriz
con la pretensión de eternizarme
en la evocación de tu camisa desgarrada
o de tu cabellera enredada en palomas
desconociendo los pliegues de tus susurros
ante lo riesgoso de mi soledad atormentada.
Hace tiempo
que no consigo escribir una poesía
que no hable de amor,
de sexo impúdicamente derramado,
no confundir una cama con un sentimiento,
es que torcí mi mano sobre la hoja
manchando el margen de la misma
con símbolos planos o arrumbados.
Hace tiempo
que sume minutos para ser hoy,
llegando hasta aquí,
mirandome en el abismo de tu voz,
en la pradera fértil de tus ojos verdes
o sentir que me siembras con tu boca arrojada,
sobre un camastro de erotismo en deflagración
enmarcado en las líneas de mi continente extraño
lugar invisible para un refutador de alboradas.
Hace tiempo,
no tanto como pareciera
que cada segundo es ahora,
que los minutos reparan mi historia de desafecto,
que las horas son jazmines olorosos
que nos envuelven en sus aromas indisimulables,
sin que haya lapso actual que no creamos perfectos.
Hace tiempo
que el mañana dejo de ser futuro
y fenece entre sus defectos.

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