HACE TIEMPO
Hace tiempo
que
vengo caminando,
unas
pocas veces pude volver sobre mis pasos,
mas
siempre tuve que seguir
buscando
respuestas a los innumerables porques.
En ese
sendero
de agobiadora
estrechez
o de espacio
amplio,
cuando
el filo cegador de los minutos
pretendían
que no alcanzara a verte
ni
pulverizar los rosados pezones
en
forma de gruesos clavos
que se
insertan en mi lengua lasciva
desmigajando
verdades y razones.
Todo
ese tiempo andando
por los
bordes delicados de tu matriz
con la pretensión
de eternizarme
en la evocación
de tu camisa desgarrada
o de tu
cabellera enredada en palomas
desconociendo
los pliegues de tus susurros
ante lo
riesgoso de mi soledad atormentada.
Hace tiempo
que no
consigo escribir una poesía
que no
hable de amor,
de sexo
impúdicamente derramado,
no
confundir una cama con un sentimiento,
es que torcí
mi mano sobre la hoja
manchando
el margen de la misma
con símbolos
planos o arrumbados.
Hace tiempo
que sume
minutos para ser hoy,
llegando
hasta aquí,
mirandome
en el abismo de tu voz,
en la
pradera fértil de tus ojos verdes
o
sentir que me siembras con tu boca arrojada,
sobre
un camastro de erotismo en deflagración
enmarcado
en las líneas de mi continente extraño
lugar invisible
para un refutador de alboradas.
Hace
tiempo,
no tanto
como pareciera
que
cada segundo es ahora,
que los
minutos reparan mi historia de desafecto,
que las
horas son jazmines olorosos
que nos
envuelven en sus aromas indisimulables,
sin que
haya lapso actual que no creamos perfectos.
Hace tiempo
que el
mañana dejo de ser futuro
y
fenece entre sus defectos.
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