domingo, 1 de junio de 2014

LA ESENCIA


Como hombre
maldigo algunas cosas
inherentes a mi especie
entre ellas el discurrir del tiempo
por ese caudal de minutos se va la vida
me hace saber que lo que empezó
en algún momento ha de terminar
no hablo solo de la muerte
porque hay otros finales más dolorosos aún
maldigo cuando acaba la alborada
porque te iras para regresar quizás al anochecer
maldigo lo acotado de mi lujuria
aunque cuando me entrego me consumo
sigo vivo insaciable de tu ser
como no enojarme con la partida de un amigo
tan difíciles de cultivar
y perdibles en un santiamén
como congeniar el amor a mi vergel
si las flores con su aroma se marchitaran
podría enumerar tantas situaciones cotidianas
que bien vale empezar a mirar en otra dirección
la mitad del vaso
la que en su parte inferior contiene el océano
con toda su inmensidad y sus promesas
y en su parte alta esta la nada
me dicen que hay aire
que la vida se compone de agua y de aura
que me vale arrancar con el pie fértil
mirándome en el espejo de tus ojos
saborear la salinidad de tu superficie voluptuosa
arrancar los trinos de los jilgueros
para llevarlos adheridos a mis oídos
ir rebanando de a poco la porción de mi demencia
regar con el jarabe de tus besos
la cuota creciente de mi inocencia
por eso cada tanto miro por la ventana
como vuelves sonriente a reencontrarnos
y a recordarme que para vos valgo por mi esencia.

Roberto Brindisi


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