jueves, 9 de octubre de 2014

SOBREVIVIR SOLO PARA VERTE


Hay noches que me demanda
una sombra errante ya sin dueño
partida en su justo centro
dejandose atravesar por esos vientos
no se si seran las olvidables pesadillas
o quizas los sueños que se sienten olvidados
hay brumas que parten mis esquinas
fragmentando el dolor en varios lados
las luces que vienen a mi auxilio
languidecen ante tanta inhospita soledad
la de los agonizantes
la de los mendigos de afecto
o esos despojos sin cariño ni sentimiento
cuando estas sombras invaden mi cuarto
miro mi rostro en el reflejo de tus ojos
creo que se hace la luz
aunque la misma estuvo siempre alli
repaso lo suave de tu superficie desnuda
hasta que mi mente se entorpece
se pierde en complicadas operaciones
la geografia de tu continente desconcierta
nada se asemeja tanto a la perfección
como ese cuerpo presa del deseo y la pasión
las lineas laterales de tus espigas inciertas
hacen que la vida recorra mis ardientes venas
habras entendido que soy un poeta redundante
que hago un culto de la existencia en la mujer
pero en estos precisos instantes
eres la panacea que espanta la mayoria de mis penas
cuando recorro las diagonales intrigantes
que desembocan en el canal de tu tajo delicado
ya no hay pesadillas ni sombras atrapantes
solo el resumen de las multiples caidas
como el insolente valor de levantarse
romper los infinitos alambrados
andar despierto para sentir el fuego de tus labios
si un disparo de madrugada se llevo mi infancia
reparo parte de mi niñez en lo delicado de tus senos
soy, como tantos otros, un agradecido sobreviviente
un huracan que arraso con el alcohol de la muerte
el martirio de los cobardes conocidos
una suerte de aventurero en el camposanto
el que con orgullo se voltea para verte.
Roberto Brindisi

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