viernes, 18 de diciembre de 2015

COMPOSTURA


Los bordes de tu espalda
cuelgan de la ladera
hay días que la mojan mil palomas
con mi hambre atrasada
con mi aroma a poesía antigua
la que sigue la continua recta
el sendero de poros acopiados,                                                                                                
en el oriente de tu cintura
solo el viento de la sudestada
ha de peinar tus piernas desnudas
pero en su particular destrozo
deshecho de miedo, angustia y tiempo
descorre el soplo brumoso
el atardecer de una muerte aplazada,
es tiempo de vida desalmidonada
de prestar menos atención a roncos susurros
de cientos de oraciones pasadas
en algunas esta tu nombre
con el tilde agudo astillado
hoy que no existe el habla
salimos a sembrar abundancia de palabras
hoy que se agita la mirada azarosa
en la multiplicación de imágenes difusas
en esta última torpe alborada
hoy pronto será un mañana
embarazado de invisibles ayeres
con la mueca desconcertada
que difícil fue verte cuando no estabas
que pesadumbre transporta el alma
al imaginar un colosal vacío de mujer anestesiada
más en estas  sabanas vino a renacer
sin desangrarse afligida
a un espacio de amantes fuertes y sutiles
que cultivan no decir nada
solo vibrar cansinos en un pubis en ignición
sin reparar en la orilla equivocadas
presiento que tus labios fueron pugnas inconclusas
estallando en mi boca como esquirlas de granadas
dará material al bardo para letras que saben a intrusas.
Roberto Brindisi




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