martes, 29 de diciembre de 2015

VA CRECIENDO


Como una ciudad antigua
me habitan espacios encolumnados
alambres que son espinas de jilgueros
edificios hechos de soledades perdidas
versos que nunca llegaron a ser escritos
ciento de pobladores  recubiertos de harapos                                                                                asi,
como en una aldea extranjera
fui poblado por manos femeninas
por senderos como siluetas de mujer
de arboledas plantadas en el olvido
con un mar de aires soterrados
en esos espacios que cautive apresurado
por pensar que se me iba la muerte
es que viví de espaldas a la alegría
construyendo  laberintos
para encerrar a mis desalmados monstruos
por temor
por cobardía
en la acera donde aparcan mis angustias
sé que en esta construcción no he sido el primero
que los depredadores de pubis nuevos
de virginales sonidos de jadeos
me alentaron en la lujuria del silencio
a quitarte prenda a prenda
hasta quedarme con los poros de estos ríos
navegar marea arriba hasta tu cuello
hasta las cataratas de tus labios de fuego
entremezclando las lenguas de nuestros dialectos
que de la calma cuando anochece
pasamos a la arrebatadora locura del deseo
de los pliegos erizados de tanta lujuria                                                                                              
de partir la luna en el firmamento extenso
a despertarme en mi ciudad bañado de furia
escuchando el ruido de mi silencio aletargado
y diluirnos en un diluvio intenso.
Roberto Brindisi
                

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