lunes, 23 de febrero de 2009

QUIZAS



Retorno a mi niñez
A mis juguetes rotos
A la carne roja
A los iconos navideños
A la rayuela
A las manos pequeñas estigmatizadas
Retorno distorsionando lo que fuera

Ahí, en ese campo
Vagan mis influencias y obsesiones
Las niñas devoradas por los ogros
Las raíces pariendo osos afelpados
La muerte con sus innumerables logros

En un ejido pletórico de pinos
Una ninfa raramente albina
Amamantando a un álamo alado
Gusanos sonriendo a la inquina
Bajo cielos azules tormentosos

Retorno a mi infancia
Regresando a mi imaginación desbordada
Jesús redimiendo a Maria de Magdala
Cerrando las heridas de mi alma atormentada.

Se ha marchado el momento aquel
En que adolescente pienso haber acabado
Solo queda el color rojo que salpica el suelo
Más alguien sueña que por aquello
En ninguna parte se procesara un duelo.

Mi secreto, heredado de esa infancia
Fue, y es, ser conocedor que la belleza
Es el comienzo de lo terrible soportado.

Quizás despierte de estas pesadillas,
Quizás aun asalte varias fortalezas
Quizás regrese el poeta enamorado
Con una mirada furtiva
Espiando la vida de los otros
Detrás de las mascaras de la envidia
De la fascinación y de un ligero asco.

Quizás espere escribir una poesía
Sobre el lúgubre encanto de la perfidia.
Tal vez, sin arriesgarme a mayúsculas
Nunca deje el sueño de este niño que no crecía.

Tal vez haya miradas analíticas
Sin entender lo que no espero que comprendan
Que el juglar, aun preso en el pesimismo
Escribe por escribir, nunca lo que convenga.

Quizás…

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