sábado, 17 de abril de 2010

HAY UNA HORA



Hay una hora
En la que se concentran tantos instantes
Que pareciera un siglo
El de la derrota
Del que nunca nos recuperaremos
Y esa hora pasa

Hay una hoja
Suelta en el vendaval
Que se lleva mis mejores deseos
Mis más caros sentimientos
Pero esa hoja sembrara bitácoras
En las que un naufrago
Escribirá sus últimos arrepentimientos
Los del amor en el tiempo del desamor

Hay una calle
La que transite tantas tardes
La que me vio llegar una noche
Con un cúmulo de ilusiones a cuesta
De aeroplanos sabatinos
De besos sinvergüenzas
Con noches de reinados castrenses
Y un final a toda orquesta
Que no fue tan finito
Porque las cuerdas se resquebrajaron

Hay tantas palabras
Que puestas ordenadas
Dan cuenta del deshonor angosto
Por donde ingresan las distancias
Las insalvables
Las que transmutan verdades en quimeras
Son las que de pie descansan
Mientras desfilas las otras, las embusteras

Hay tanto clamor en el camino
Que la llegada a un sitio nuevo
Es como reinaugurar un sueño
O como rediseñar este de los últimos lapsos
Bordeado de claveles sin colores
Esas flores que se secan a la vera del cantero
Cuando no hay gotas perfumadas
Solo sequedades desaromatizadas de un enero

Y hay también infinidad de cosas
Que mis ojos en niebla no pueden mirar
No son mejores a las otras
Solo distintas en su virginidadEs la espuma del agua de un océano
De un poeta que se cegó enamorado
Y construyo palabra tras palabra
El castillo más hermoso y más abandonado

Hay tantas cosas
Que ni la finitud las ha de terminar

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