miércoles, 3 de junio de 2015

LA GOTA Y EL OLVIDO


Una gota
que cae simple y suave
estrellándose contra el tiempo
en alguna esquina de descuidos
esa gota de lagrima triste o alegre
es el comienzo,
la génesis de un universo de poesías
ahí donde se encuentra mi espacio vacío
enredado con las múltiples instancias de soledades
de los abundantes silencios nocturnos
cuando no consigo dormirme contra tu piel
ni registrar si es siempre la misma pelvis
la compañera de alboradas eternas
sin son los mismos sueños o pesadillas que entretengo
en una almohada de celofán terracota
como el aliento matinal de mi ventana
entonces me miro en un espejo alcoholizado
que ahogó penas, angustias
por tantas deserciones de tu espalda
de tu silueta
recortándose en el final de mi pasado
y es esa misma gota la que me rescata
la que me entrega un sol infinito
inabarcable
una luna agujereada de plata
viendo que puedo confundir al abecedario
entre muslos de mujer que se contraen
que se dilatan como un océano de poros
una oleada de gemidos ígneos
una impensable inundación de los sentidos
me levanto sobre una estrofa
con una erecta mirada
que perturba exultante la punta de tus pezones
tomo la pluma de bardo entrometido
mojo en el tintero de tu boca
escribo en el interior de tus besos
inmortal pereza la tarea del olvido.

Roberto Brindisi

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