martes, 19 de agosto de 2008

DESEO


Detrás de donde la tierra arrasa
Una encabritada hembra fulgura
Desde lo hondo de la especie amasa
Cada grito de reproche con dulzura
Cabellera de viso verde esperanzado
Con las caderas marcando su figura
En las lomas de mis manos blanquecinas
El olor de primaveras encontradas
En la piel aturdida del clavel aletargado
En tus dos torrentes se empecina
A erigirse el destino falible del pecado

Asoma el alba que trae desvastados
Los naranjos de tus senos admirados
Levanta el vuelo un pájaro impaciente
Que ha despertado pretendiéndose inocente
Mientras las aguas de la noche engarzada
Mojan las sabanas de la pasión cansada

Afuera llueve el sol de la mañana
Con sus rayos pariendo luminarias
Racimos de jilgueros encantados
Como una diosa recibes la plegaria
Con la frescura que animo tú calma
Te entregas ardiente beso a beso
Capturando para siempre al poseso
Ahora, tan solo hay uno en dos.

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