sábado, 26 de septiembre de 2009

LA VIDA AGUJEREADA












Formo un agujero
En el pañuelo de seda rojo
Mediante el cual veo el derecho y el revés
De la trama hecha y deshecha de la vida
De tu vida y de la mía
Es parecido a observar el grito gutural
De nuestros ancestros vivientes en ningún tiempo
Espiar esas cosas de la existencia
Donde los conflictos se disipan
Se complementan las emociones
Los hechos y los diversos pensamientos
Como en un circo ambulante
Con sus mujeres de perdida feminidad
Y de sexualidad tan masculina
Asi aparece este presente
Que prontamente se disipa
Dejando paso a un naciente pasado
Que fue futuro repitiendo asi un ciclo
Interminable, fatal, desequilibrante
Donde ayer, hoy y mañana no existen
Son una mera sucesión de sueños anhelantes
Y alli estas, a través de la gasa roja
Del otro lado de la abertura
Convertida en mi mujer enamorada
Viéndome como al hombre que extasiado
No desvía de ti su lujuriosa mirada
Nuevamente el pañuelo toma impulso
Me doy cuenta del devenir de las olas
En este océano de contrariedades
Que es vivir, o morir,
O tal vez nunca muramos por no haber nacido
O hemos nacido para ser eternos mutadores
Dice un filósofo que todo es y no es
Porque no creerlo en nuestra incrulidad
Porque no escuchar en nuestra sordera
Porque no mirar desde nuestra ceguera
Porque, me interrogo y no lo se
O lo se muy en lo profundo
Detrás del pañuelo de tela carmesí
La vida eterniza su ciclo en espiral
Sin el recorrido que alguna vez presuponíamos
Si estas vos, mi mujer de largas madrugadas
Están las noches estrelladas,
Los atardeceres memorables
Los desnudos plenos y los jadeos de cada alborada
Los amantes, los amores, los odios disparados
La calle de piedra al final del bosque
Y en una bolsa de arpillera el tiempo
Que ve tendido a sus pies a un dios asesinado
El mismo de la creación, el creado
Dios ha muerto pobre y solitario
Es el principio del fin de un mundo
La detonación fundante de mi universo ordinario
Con tu presencia de Eva mitológica
En este cuarto mio que es el edén de mi gloria y mi calvario.

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