jueves, 10 de septiembre de 2009

MI MEMORIA







Mi memoria no quiere dar cuenta
Ni decir lo que pudiera recordar
Quiere arrebatarse una distracción
Que lo excluya del trenzado del telar.

Quizas las olas que recuerde no lo fueran
Quizas los vientos que lo alteraron no existieran
Quizas las noches estrelladas no contaran
Quizas la arena fuera asfalto tendido a la orilla
De un inmenso camino humedecido
De lágrimas resecadas, de tristezas escondidas
De andares trastornados en el último atardecer
Antes de su muerte indiscutible y aturdida.

Evocar es un trabajo hecho a destajo
Que obsesiona y se transforma en sirenas ulisiacas
En una mar embravecida de convulsiones
De peñascos y desechos de nostalgias
Cuando con tanto empeño y esfuerzo esmerado
Se derrite la dura caparazon de las dormidas emociones.

Mi memoria se niega a recordar
No saber nada ni de tu sombra ni de tu silueta
Ni de tus pasos de gacela ni de tus largas pestañas
No quiere recordar tu sonrisa hecha pirueta
Algo la lastima en ese estrecho recorrido
Por lo que se opone tercamente a ser quien la restaña.

Como habria de recordar tu mirada extendida
Sobre la fragil voluptubilidad de mi persona
La envoltura de tu aroma de hembra hambrienta
Los delirios ludicos de nuestras embravecidas figuras
Como hacerlo me pregunta y no finiquitar en la tentativa
Como perpetuar la dicha que se agoto por las fisuras.

La memoria es un inmenso libro maltratado
Con las hojas que lo conforman borroneadas
La mia quiere revestirse del manto del olvido
Mas la despierta la intensidad de tu madrugada.

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