No hay sueño que no te tenga
Ni vigilia que no te atrape
Ni mano mia que no te toque
No boca que no te bese
Ni labio que no deseen
Pasearse por tus parajes
Sabiendo que estas
Pero en tu presente ausencia
Nos cruza el amor un oceano de amapolas
Nos atraviezan las azules aguas de nuestras flores
Siempre en este sueño del que no despierto
En el que las canciones suenan
Rompiendo lo monocorde de este silencio
Se que en mi espera
Hay soledades que van muriendo
Desiertos que se pueblan de jilgueros
Hay arena que al levantar su vuelo
Se convierten en lluvia benefactora
Que la inmensidad de esta estepa
Se nutre de arroyos frescos
Quizas me arrogue el beneficio
De ser quien te posea
Aun en la temporalidad de lo carnal
En ese sexo urgido
En los templos elevados de tus senos
O en el crucifijo de tus pezones duros
Quizas mi paciencia deambule
Por las zonas humedas de tu pelvis
O se sumerjam en el accidente de tu vulva
Quizas son sueños de noches de verano
Cuando la temperatura funde mi acero
En estos sueños tan inapropiados
Tan alejados de las religiones beatificante
O de cualquier ateismo moralizante
Hay encuentros y desencuentros siempre exultantes
Los sitios convencionales desaparecen
Lo arbitrario pierde terreno
En la semiologia de mi sensualidad
O en la ciencia exacta de tu deseo
No son las naves las que se largan a la mar
Sino la mar las que las devora
Tanto que cuando engulle siente satisfacciòn
Y nacen pajaros que vuelan solitarios
Que se lanzan a precipicios convocantes
Ingresando por la puerta trasera de la basilica mayor
Sobre un suelo sembrado de hostias
Por lo que en esta supuesta deserciòn de tu parte
Solo es una fracciòn de una solida consolidaciòn
Dentro de mis sueños cautivantes
De los que no despertare porque mi sueño es desearte
martes, 12 de octubre de 2010
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