martes, 12 de octubre de 2010

LA FLOR PUEDE SER FLOR

Cuantos pétalos tiene








El dolor grave de una partida







Esa flor que puede ser venenosa







Si no se mira más allá de algún rio







Cuantos, o quizás ninguno







Porque se que hay regreso







Tantos en uno solo







Que no cabe el tiempo de mi tiempo







Ese absurdo tirano depuesto en alguna alborada







Que puede causar daño si los rasguños







Están dentro de tu alma







O abrir un dulce compas de espera







Si conoces que las lunas marchan







Lentas pero seguras







Sobre la superficie de un océano de verbos







Siempre te han dicho que partir es morir un poco







Te digo que quedarse en la espera







Cuando no lees el libro de la vida







Es sentarse a esperar la llegada de la muerte







Es secarse a la sombra del desamparo







No recoger los claveles que algunos labios







Te arrojaron







Pensando que las curvas no corrompen diagonales







Como tampoco sirve ignorar al sabio







Cuando te dice que todo pasa







Quizás lo nuestro sea fluir







Nadar sobre las estelas de algún campo







Reverdecido en esta tarde de primavera







Quizás, porque siempre me parece todo relativo







El agua de los odres no devenga en vino tinto







Ni los mendrugos se transformen en panes comestibles







O tal vez mis besos no te alcancen







Como en tantas noches ya desaparecidas







En la que bajo un cielo agujereado por estrellas







Con la blanca joroba de los astros







Suplicamos como en alguna ermita







Que esos roces se transformaran en algo mágico







Y la vida siguió marchando







Con un aire socarrón soplando en las alturas







Con un profeta que dijo sus verdades en plena soledad







Con los gajos del geranio







Transformándose ante mi vista







En una flor abierta aguardando ser descubierta







Miro mi reloj que dan las once







Ya no hay tiempo más que tiempo nuevo







Ya no hay mas espacio que el por devenir







Ahora en la suma de mis días







Se que algo mas de treinta no es la muerte







Pero si la posibilidad de una plena vida







Y trato de refutar con bastante certeza







Que la partida no siempre es perdida







Que el marcharse es comenzar a regresar







Al nido del que te fuiste sin marcharte







Y al que para devolver a quien amas una parte grande de su vida







Deje de preguntarme por la corola de la peor de flor imaginada







Hay mucha vida en este movimiento

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