sábado, 9 de octubre de 2010

HAY UNA MUJER...

Hay una mujer que espera


Sin saber que ni a quien

Solo sabe que merece ser alcanzada

Por el viento del mar enamorado

Sabe que las olas no fueron hechas para ella

Pero alguna gaviota le susurro su propiedad

La convenció en su vuelo de cometa

Que el mar y las olas se rendirían

Sin condición

Con la sola voluntad de no entregarse

De que esa espera sea activa

Le dijeron las almejas de la arena

Que le ponga dirección a su reclamo

Escucho el canto del viejo afilador

Y creyó oír que la dicha estaba aproximándose

En algún zaguán de esa ciudad tan vieja

Que su alma despego con rapidez

En tanto su cuerpo quedaba detenido en la vereda

La de las baldosas flojas

Teñidas de rojo punzo

Flojas de tantas novias desoladas

Que la transitaron con dolor

Se vieron conmovidas por algunas lágrimas

Pero la mujer que hoy aguarda

No da rienda suelta a su ansiedad

Solo se permite esperar una carta ganadora

Subirse al carrusel de su sempiterno sueño

Y alcanzar a hurtarse la sortija

Por lo que allí va su alma esperanzada

No le importa en que día se producen los milagros

Siente que el cielo le tiene asegurada

Algunas noches de amor apasionado

Esas mismas que hasta ahora ha negado

Es que los gorriones de la otra cuadra ya le han dicho

Que al mundo no le queda mucha cuerda

Que del mundo solo el amor es digno de alguna pena

Que hay tantas vidas como uno quiera

Mas para hónralas dignamente

Desgarrando los velos del silencio

Atropellando a las palabras sueltas

Disponiéndose a no ser solo sombra que transita

Sino reviviendo siempre

Aunque los sueños sean malheridos

Aun en el peor de los caminos

Será el amor el que rompa esa espera

Como de colores será la vigilia

Cuando a quien esperas llegue raudo peregrino

Hay una mujer que despertó a su presente de pantera

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