viernes, 10 de mayo de 2013


E LA POESIA VA

Como una mariposa
bella
extraña
sensual
es la mujer que yo deseo
la que tiene la vida partida
los ojos abiertos
la que ha recorrido domingos
ha llorado y reído
se ha entregado a la pasión
de andar hemisferios
lechos de tela roja
lluvia templada en la bañera
tajo que se humedece al roce
sombra que se hunde en la mía
piel que se resquebraja sin la ternura
de aquel que apetece en la lujuria
que ve reflejado en su gemido
y no se entrega nunca
ni aun cuando el retraso es lo que perdura.
Hablar de mis deseos
no es hablar de mis deberes
de mis caminos perdidos
de las astillas de mi birome
ni del filo de los adjetivos,
podrá mi escritura espantar
tantos espectros dormidos
en el pliegue de mis rondas de vino
cuando guardé silencio sobre alaridos,
domesticar vocales henchidas
que empujan por ser parte del poema
quizás deba observar coherencia
no mancharla con la demencia de mi memoria
encarcelar el sentido de los recuerdos
derramar agua bendita extraída de la sangre
de las venas del torturado
saber quiénes habitan los mares
esos que suenan en mi vigilia
golpeando los ventanales
pero me he sentado en tu falda
desnudos en la planicie de la alborada
para escribir los senos de tus renglones
en las entrelineas de tus delgadas piernas
sabiendo que puede reinventar el mundo
que la palabra es la suma sacerdotisa
y que tú serás mi postrer poesía eterna.

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