Donde poner los pasos
después de andar errando
de gastar tanta suela a cuenta
con los zapatos mordiendo las veredas
donde poner los ojos
y más aún lo que miraron
las distancias grises del otoño
las siluetas vivas de las hembras
el aire formando una aurora
alrededor de tantas mujeres bellas
donde
me pregunto,
donde
me interrogo por el destino
de los cuadernos de tapas azuladas
esos que recogen una bandada de vocales
o las consonantes entregadas a la fiesta
mas en un cajón armé los adjetivos
como en otro acumulo sustantivos
dejo apoyado en los estantes de la biblioteca
los verbos aniñados de mi cantera
los de una época temprana
cuando hasta la escarcha sabia a primavera
donde puse los sueños
aquellos que en diagonal
cruzaron en mitad de la calzada
imprudentes como quien los pario
sin protegerse de tanta señal
que la vigilia termino en pesadilla
al despertarme en muchas alboradas.
Donde lamentarme de la queja
que no es buena compañera
que como esas pastillas de arsénico
mataron el cuerpo no las utopías
y sin veneno en los labios
supe pedirte que fueras mía
que compartiéramos la aritmética
el universo en esta porción tan nuestra
desde donde dispararle al abandono
desde donde herir la piel de la soledad
en noches de vientos cálidos
de remolinos en la planicie de tu pelvis
en la sonoridad de nuestro silencio
como inventados por lo supremo de la humanidad.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario