Veo que
tenes el fuego largo
tanto que marca mis paredes
las interiores
por donde circula el rojo sangre
de mis enrevesadas venas
veo que también
escupís siluetas de hembra brava
después que abriste las piernas
cerrando el susurro a los pecados
y cardaste mis deseos de quemadura eterna.
Sé que tu furia
es como el aroma de una tempestad
cuando escarbas en el medio de la mar
en busca de erectar mi virilidad
pero esta noche di mi mejor canción
amanecerá
como siempre pasa
dándome la espalda a mi despertar
correré las sabanas
abriré el filo de tus nalgas
sabrás quien es el delincuente
que toma por asalto el delicado cristal
y sin hacerlo añico
penetra a poner en desorden lo intimo
desde un lubrico principio hasta el final.
Dios cree que te alcanzara la ira
que la manzana debió ser mordida
por esas formas con limites geométricos
que me excita al verte
que te desnudas con tanta rapidez
cuando las miradas lujuriosas se buscan
y entre los jugos demuestras tu perversidad
requiriendo otros amaneceres
en la misma madrugada de verdad.
En este instante
es nuestra ceremonia durante la tormenta
la que no se cobra naufragio
solo el torbellino húmedo del sexo
en tanto afuera la realidad se oscurece
aquí enfrente de un añejo espejo
hecho de años y piraterías
veo salir de entre las penumbras
mis ansias de lobo viejo.
Cierto que el mundo rueda
a descubrirte tanto como pueda.
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