miércoles, 18 de marzo de 2015

OTRO DIA EN LA VIDA


El día se cae
precipitadamente detrás de un paredón
y en esa caída, que nadie ha observado,
se ha torcido la muñeca donde llevaba el reloj
ahora con una noche destemplada
será difícil recoger sus esquirlas
intentar conservar algún fragmento de tiempo
este tenía fecha de caducidad
involuntaria
inesperada
como suelen morir las pequeñas jornadas
para adentrarse en el pozo intocable del olvido
seguro se llevó con él las nostalgias de una novia
la sonrisa de una muchacha arrancando una rosa
así miramos el horizonte despintado
bien valdría la pena que lo colgaran a secarse
escurriría gotas de sudores  marrones de muchos hombres
por eso es bueno saber desde la mesa angosta de este bar
que el tiempo que más cotiza es el ahora
lugar complejo y a veces agotador
pero no hay instante que este momento no sea único
ingrato hasta la dureza a veces
alegres por el paso de las mujeres taconeando en la vereda
con un papel en blanco disparo las palabras que me vienen
son imágenes tan confusas
que solo ordenadas en el papiro hasta puedo desconocer
son letras que dispuestas de una forma
me marcan el sonido inoperante de mi silencio
solo escucho ladrar a los perros cimarrones
hasta los grillos de estas noche de verano en extinción
desafinan porque se viene un otoño que parece ha de ser duro
he intentado mirar si en el lugar donde fallecen las horas
no habrá cenizas de mis recuerdos de una boca
o las noches de intensas pasiones
cuando dios,  las religiones, se reducían a un pubis que se devora
el día se ha caído
la noche le sigue en ese derrotero
vestales que festejan en burdeles
párrocos que descubren que existen otras voces
muchas veces de irresistibles mujeres
esperemos que Jesús no sea detenido por no portar papeles.
Roberto Brindisi


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