Pienso,
Enfrentado al vértigo de la nada,
Que hoy hay cosas que son distintas,
Por ejemplo que el tiempo ya no es temporal.
Ya no lo entendemos,
Ni lo vivimos como acontecer histórico,
Solo es instantaneidad,
Un vértigo que anula el pensar
Y repito,
Cuando el tiempo solo sea solo rapidez.
Nada es remoto,
El tiempo se acelera,
Todo se vuelve pasado,
Cuando aun creemos que vivimos en el filoso presente,
Las aguas de ese lapso se han vaciado.
Creo que hoy
Me ha tocado
Vaciar las armas de la decepción,
Aquellas que me dieron cargadas
O que yo llene,
Desaguar los floreros del escepticismo,
Completarlos de auroras por venir,
De noches angeladas de la mujer de mi elección,
Disponer la música adecuada,
Desempolvar mis besos más furiosos como amante,
Preparar mis citas predilectas
Para susurrarlas en un oído que solo oye gemidos,
Rompiendo el silencio con el rebenque de la palabra,
La que arme cuidadosamente
Instalando vocal sobre vocal,
Montando cada consonante,
Hasta alcanzar la altura del ventiluz,
Para ver cuando en desnudez plena
Te sumerges exultante en la tina,
Allí, en ese preciso instante,
El que recuerdo sin relatar,
Cuando convertido en blanquecina espuma,
Te cubro y te penetro,
Poro a poro,
En cada parte de tu geografía,
En esos labios que repiten mis estrofas,
Que te vuelven bandada de pájaros en loca alegría,
Que fue dejando que tus cavidades
Entraran en erupción con el estremecimiento de mi poesía.
Así,
En ese segundo que se desperdiga,
En ese fragmento que se discontinua,
En esos locos momentos de destiempos,
Es cuando me aferro a tus prominencias,
Con el atrevimiento de un arcángel del sexo,
Del amor, de mis voluptuosidades hechas ciencia
Así es que sin querer se me descubrió tu nombre
En el límite exacto de otra alborada.
jueves, 5 de mayo de 2011
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