domingo, 27 de noviembre de 2011

UN TAJO EN LA NADA

Un tajo


Abriendo la más absurda nada,

Ni siquiera un llanto,

Ni sangre limpiando la vereda,

Solo ese tajo,

Grotesco,

Ridículo,

Empapado de tiempo ido,

Pregunto inocente

Que es lo que hemos conseguido?

Me dices

Que no todo se mide por lo resuelto

Que muchas veces vale el deseo

Sin consecuencias

O con las que de él florezcan,

Puede que me persuada

A creer que el arrojo

Sea más corriente que los oscuros ríos

Que agotamos en estas alboradas.

Es difícil decidir

Si zurcimos el tiempo escapado

O nos prodigamos en este actual

Donde tu mano me recorre

Y yo me transformo en un bardo evaporado.

Ahora que ha fenecido el tiempo

Transformándose en un espacio fisurado,

Ahora que todo sucede

En el mismo reservado reducto

Donde perdemos reiteradamente la inocencia,

Es en este momento o lugar

Que me miro en el espejo de esencia.

No fue ayer,

Porque las noches de antaño

Solo las evoco en tu piel,

En el aroma que sabe a poesía,

Que escribí sorbo a sorbo con mi lengua

En las estepas de tu cuerpo en ignición,

Cuando todo nace y solo la nada fenecía.

Comprendí

Que han desertado las horas,

Que he acumulado todos los minutos,

Que no quedan segundos sin tu mirada,

En un país de fronteras en movimiento,

Cuando con el último suspiro

Creo recrear un inusitado olimpo,

Donde escapo en tu búsqueda en do mayor,

Entre tanta puñalada invisible,

Que no llegan a partir la noche,

Al menos no esta que cree en tu merecido honor.

Baja la mano

Y el tajo aun esta…

No hay comentarios: