sábado, 24 de marzo de 2012

ARDER



Ardo,
En el centro de la palabra
Me incendio,
Soy un cometa derruido
Que busca caer sobre tu hoja
Y transformarse en verso convencido.
Ardo
En las calles de esta Buenos Aires,
Que con sus jóvenes alzando las banderas
Dicen ¡nunca mas! a cualquier dictadura
¡Nunca más!
Civiles disparando sus mentiras,
Defendiendo su avaro enriquecimiento,
Parapetándose detrás de bayonetas,
Desangrando la ilusión en campos de tortura.
Ardo
Mirando como las sombras estan arrinconadas
Recuento en el aire mis pájaros guerreros
Que aunque treinta mil no regresaron al nido
Florecieron jilgueros en el amor de una alborada
En la resistencia de nombres tan queridos
Que sus miradas no permiten nombres desaparecidos.
Ardo
Al escuchar los cantos de la plaza,
Al ver ingresar la columnas de viejos Matías,
De rebordes de memoria que pide justicia,
Donde nacen las formas despavoridas
Desprovistas de rostros que andan por mí,
Allí siento que la poesía es noticia
Que ganaremos las peleas
Aun las que muchos han dado por pérdidas.
Ardo
En otro veinticuatro, sábado soleado,
Distinto al gélido del asalto de los milicos,
Ya han actuado cobardemente,
Ya los hemos desenmascarado,
No hay noche para quedarse,
Ni inmadurez cívica para acampar
Haciendo planes macabros de apropiación
Ni silencios deferentes acallados.
Ardo
En medio del bullicio de edad temprana
Ese que arremete contra la injusticia,
El que ve más lejos que el horizonte,
El que limpia sus ojos cual ventanas,
Por donde ven como se arma una patria
Con entrega, sacrificio y la humildad
De aprender del acierto y error
De la tolerancia, de la paciencia
De hacerse humanos entre márgenes de maldad
Allí el incendio encuentra mi esencia.
Confieso que ardo y he ardido.

No hay comentarios: